Hace siete años había un tipo enfadado en el paddock del circuito Red Bull en Austria. Eran tres pilotos españoles en la Fórmula 1 y uno de ellos se sentía desplazado o, al menos, incómodo. Fernando Alonso, el tótem, había pronunciado un diagnóstico sobre la salud de este deporte en España. Y Roberto Merhi, castellonense que corría para la escudería Manor, tipo elocuente y buena gente, se sintió herido. «El futuro de la Fórmula 1 en España es Carlos Sainz», había comentado Alonso. Merhi, joven, dinámico e impetuoso, no entendía por qué el doble campeón lo había olvidado, y ni siquiera lo había mencionado como alternativa. «Me da igual lo que diga Alonso», declaró Merhi a ABC. Pasó el tiempo... Ver Más
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