Ya se han ido los pastores (los hombres de la OTAN) a la Extremadura, que diría el poeta. Ya se queda la Sierra triste y oscura. Sobre el nivel, bajando el plano, en el madrileño de a pie se ha dado una lección de civismo. Ni los gamberros, ni los manifestantes profesionales pudieron hacer nada. Y esto va más allá de los lógicos refuerzos policiales. A pesar de todo, del interés de Sánchez por figurar en los santos del couché y las estampitas, todo más o menos fluyó. Y fluyó con policías no muy bien pagados, y muchos bares cerrados, y otros muchos más que no sabían qué era el teletrabajo. La lección es que, a pesar de Sánchez, se le ha... Ver Más
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