Estar en St. Andrews , la cuna del golf , es siempre muy especial. Aquí se firmaron, en 1744, las primeras reglas de este deporte y el Old Course ha permanecido casi inalterable desde entonces. Todo esto lo sabe muy bien Jon Rahm , un gran conocedor de la historia golfística, y nada le haría más ilusión que dejar su sello en este lugar. Especialmente porque se cumplen 150 ediciones del torneo más antiguo del mundo, el Open Británico, y aquí logró su admirado Seve, en 1984, su victoria más icónica. «He visto el vídeo de esa edición miles de veces -reconoce con orgullo- y sería todo un hito poder ganar aquí mi primer Open. Siempre he dicho que como europeo es el 'major' que más ilusión me haría conseguir y que fuera aquí sería aún más especial». Es curioso el magnetismo que tiene esta sede con respecto a las otras de la rotación de campos del 'British', pues cuando se le comenta que un gran campeón como Tom Watson acumula cinco jarras de clarete, pero ninguna en esta ciudad, se apresta a señalar que «yo cambiaría esos cinco títulos por uno solo, siempre que fuera aquí». Sus recuerdos de esta joya del estuario de Fife se remontan a su más tierna infancia, aunque en ese momento no podía ni imaginar que el futuro le depararía una carrera en lo más alto del escalafón mundial. «Recuerdo que mi padre vino a jugar el campo y mi hermano y yo le acompañamos, aunque por ese entonces no sabíamos ni agarrar un palo. Nos hicimos una foto en el green del hoyo 1 y ahí acabó nuestra experiencia», bromea. Un buen momento de forma En cuanto a sus opciones para la semana, el vasco se muestra optimista ya que «estoy jugando bien y me veo de un modo similar a como estaba el año pasado. Después de lo que me pasó en el Memorial con el Covid, se produjo un giro y acabé ganando el Open USA . Esta vez puede suceder lo mismo». Sobre todo, porque en un campo antiguo como este, en el que hay nueve hoyos de ida y nueve de vuelta en sentido opuesto, todo va a depender del viento que se encuentren en ambos sentidos. «Aquí es muy difícil hacer predicciones; de un momento a otro cambia todo y ahí dependerá del momento de forma que tenga cada uno», aclara. En cualquier caso, el vizcaíno no se deja influir por los comentarios que puedan venir por parte de periodistas y aficionados, que siempre le piden que cada año sea mejor que el anterior. Y es que los logros del año pasado, con un grande y un número uno mundial a sus espaldas, no son fáciles de igualar. «Puedo asegurar que nadie tiene más ganas de mejorarlo que yo mismo; pero la presión me la impongo yo mismo y no estoy preocupado en absoluto por lo que puedan pensar los demás. De hecho, con una victoria y seis top 10 en 2022 no creo que nadie pueda decir que mi temporada sea malísima», ironiza. MÁS INFORMACIÓN noticia No Fitzpatrick hereda la corona de Jon Rahm en el US Open Sea como fuere, Rahm es uno de los favoritos en St. Andrews y lo sabe. Con presión o sin ella, habrá que seguirle muy de cerca desde mañana.
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