Hasta el 17 de noviembre, Madrid y otros 52 municipios de la región se convierten en capitales de la ciencia. Tres mil científicos en 600 instituciones promoverán el conocimiento científico y lo divulgarán para que llegue a todos los ciudadanos que tengan curiosidad. En el año en que se cumplen 150 de la tabla periódica -esa que estudiábamos en el Bachillerato- y 50 de la llegada del hombre a la Luna, los madrileños podrán participar en 1.200 actividades gratuitas para ver acontecimientos tan sorprendentes como el tránsito del planeta Mercurio frente al Sol, que se verá el próximo lunes y es un acontecimiento que sólo se repite 13 veces cada siglo. El consejero de Ciencia, Universidades e Innovación, Eduardo Sicilia, ha visitado el Real Observatorio Astronómico junto a su director, Rafael Bachiller, para conocer uno de los puntos que serán protagonistas de esta nueva edición, la 19ª, de la Semana de la Ciencia. De acuerdo con su filosofía, «si un día te acuestas sin haber aprendido algo, es que te estás haciendo viejo». Por eso, insiste en la importancia de divulgar la ciencia, porque «la innovación que llega a la sociedad es lo que la transforma». Eduardo López-Collazo, director científico del Hospital Universitario La Paz, es uno de esos experto en ciencia empeñados en transmitir su amor por los conocimientos. Y su utilidad, que explica de forma muy didáctica: «De un estudio sobre la antimateria salió el TAC, que ahora tanto ayuda a los enfermos; y una investigación sobre una bacteria en Alicante sentó las bases del "corta-pega" genético» que acabará en años con tantas enfermedades. La Semana de la Cienciaha comenzado ya y abre las puertas de instituciones científicas de primer orden a todo el que quiera aprender. Sus responsables han organizado un enorme abanico de actividades para las que piden, sobre todo, no tener miedo: nadie sabe tan poco como para no poder extraer una lección de la visita. Sólo hay que ir con los ojos y los oídos abiertos, y voluntad de escuchar. Entre las posibilidades que se abren, hay visitas para hacer talleres sobre «la luz y sus misterios, visitas al instituto Nacional de Técnica Aeroespacial; visitas a las colecciones de semillas silvestres para asegurar la alimentación del futuro; escuchar conferencias sobre la tabla periódica de elementos; visitas a los laboratorios del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas; contemplar cómo se trabaja en un laboratorio de alta seguridad biológica; charlas sobre la amenaza de la computación cuántica; inmersión en la nanociencia; paseos por el yacimiento paleontológico de Somosaguas; ponerse el traje de simulación de la vejez; estudiar huesos; una exploración por el Prado para investigar sobre la mitología griega y latina en los cuadros; la GeoRuta Complutense; un viaje en el tiempo hacia el Madrid romano; y hasta varias «Escape room» en las que participar, algunas de ellas pensadas para los más pequeños de la casa. Porque nunca es demasiado pronto -ni demasiado tarde- para acercarse a la ciencia.De España https://ift.tt/2JQcDvo
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