El Barça, con errores defensivos y vulgar a domicilio

Lejos de haber superado la maltrecha imagen mostrada en debacles tan contundentes como las sufridas en Roma o Liverpool, el Barcelona insiste en tropezar con la misma piedra a pesar de los innumerables avisos que está recibiendo durante su camino esta temporada. Carencias, debilidades, lagunas y déficits mostrados en San Mamés, Pamplona, Granada o Praga han tenido continuidad ante el Levante, eliminando la posibilidad de tratarse de un mero tropiezo y evidenciando la preocupante endeblez de un equipo diseñado para ganar Liga y Champions. Lo advirtió Piqué a mediados de agosto cuando tropezaron en Bilbao. «La competición nos ha puesto en nuestro sitio, si no estás bien te pintan la cara», apuntó el central, que detectó una serie de problemas que no se han corregido. Los mismos que llevaron a Ter Stegen a levantar la voz tras una inmerecida victoria en Praga en la que quedó desdibujada la identidad del juego culé. Depende en exceso el Barcelona de Leo Messi, cuyas actuaciones disimulan los problemas del equipo. Desconexiones en momentos puntuales, escasa reacción para sobreponerse de un contratiempo, problemas defensivos, el bajón físico de algunos futbolistas, el pobre rendimiento de cracks como Griezmann que no encajan en el sistema o la nula capacidad de Valverde para encontrar soluciones con las que enmendar una mala disposición táctica gravan en demasía a los culés. Además, se cuestionan ciertas decisiones del técnico, como dejar a Dembélé fuera de la convocatoria para jugar en el Ciutat de Valencia o condenar al ostracismo a jugadores como Rakitic o Aleñá. Aunque una de las causas también es la mala planificación de pretemporada, con una gira por Asia y otra por Estados Unidos, y un número elevado de lesiones, el dedo acusador señala a Valverde, cuyo crédito perdió completamente tras la eliminación europea en Liverpool. El candidato Koeman La continuidad de Valverde se gestó en el seno del vestuario, que exigió la medida de gracia para el técnico. Pero ya se le pregunta abiertamente por la dimisión y surgen nombres para sustituirle. El último, el de Ronald Koeman, que ha reconocido que tiene una cláusula para abandonar la selección holandesa si el Barça le llama.

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