En el Parque de Las Rozas, casi en la otra orilla de la Carretera de La Coruña, los bomberos no se olvidan de sus muertos en acto de servicio: tres en cincuenta años. Quizá por eso hay una escultura metálica que conmemora al Cuerpo, obra de otro luchador contra el fuego, Vicente Palacios. El lema, 'In memoriam', dice mucho de un oficio en el que hay que vigilar del compañero porque en cada intervención van en juego muchas vidas . A la entrada del Parque, entre botas y trajes ignífugos perfectamente colocados, llama también la atención otra placa: una que recuerda a Joaquín Aguado Maruny, «Pinga», que pereció en una avalancha en los Alpes en el 2012. Más allá de los avíos lógicos para la pugna contra los elementos, aparece sonriente y después del deporte de rigor, Ángel Sevillano, que es el jefe del Parque y que fundó los GERA, el Grupo Especial de Rescate en Altura de la Comunidad de Madrid, allá por el año 98. Da la bienvenida al Parque . Saluda afectuoso a Carlos Novillo, Viceconsejero de Interior de la región y Director de la Agencia de Seguridad y Emergencias 112, que muestra las instalaciones llamando a cada cual por su nombre, y abrazando cuando toca. Cooperación limítrofe «Bombero de vocación», según sus redes; y de oposición, según la realidad. Novillo nos atiende amablemente en el Parque, cerca de la pista de aterrizaje donde colocan un caballete con un mapa que pinta las distintas zonas de actuación de los bomberos de Madrid, divididas en cuatro áreas isócronas: tiempos iguales de reacción que abarcan también cinco kilómetros de las comunidades limítrofes, donde se coopera con los profesionales de las provincias vecinas. Madrid capital, casi en el centro del plano, también tiene una muy especial con los bomberos autonómicos: que no haya un resquicio sin cubrir ante una catástrofe porque «hay que estar codo con codo con los agentes forestales y resto de agentes de emergencia». PREPARACIÓN Arriba el piloto Antonio Martínez. Sobre estas líneas Carlos Novillo junto a la torre de entrenamiento y un momento casual del acondicionamiento diario. JAIME GARCÍA La explicación de Novillo, pausada y técnica, se frena cuando el helicóptero sanitario del que también consta el recinto toma tierra después de una actuación exitosa. Más allá, su piloto, Antonio Martínez, con acento de Almería, explica las distancias desde este epicentro de Las Rozas: «Galapagar está a cuatro minutos y La Bola del Mundo a siete», informa quien lleva por los cielos casi un hospital. Martínez ha vivido, como todos, momentos malos y buenos. Los malos van de suyo; los buenos cuando, de alguien que ha salvado con su trabajo, llegan «noticias positivas de su recuperación». Y se marcha, con humildad y laconismo, de las cercanías de la zona de maniobras. El «Bambi» Cuenta Las Rozas de cuatro helicópteros, entre ellos el sanitario, el bombardero, y hasta uno de coordinación que cuenta con una cámara de última generación que ayuda, y de qué manera, a la extinción de incendios y manda en tiempo real y en alta resolución imágenes reales al puesto de mando. Y hay otra aeronave más ligera y funcional, porque en este oficio cada nave tiene su labor y deben funcionar como un reloj. «Coordinación» es la palabra que todos repiten, aunque la pregunta no vaya exactamente en ese sentido. En verano, en el recinto, son una media de 16 profesionales, junto a cuatro sanitarios del SUMMA 112 en una UVI adjunta. CIFRA 8,8 hectáreas La superficie arbórea calcinada este verano hasta el momento El periodista pregunta curioso el porqué de que, al igual que en los coches ingleses, el que maneja vaya en el asiento derecho. «Depende del fabricante», le responden jocosos, aunque hay un dispositivo para que el copiloto, a diestra o siniestra, pueda tener sus mandos. Y los helicópteros contra incendios, claro, con su 'Bambi', el recipiente donde cargan el agua en plena acción. Mientras todo esto pasa, la Sierra, en lontananza, se difumina con las temperaturas de agosto. Aunque según la Comunidad, y a fecha de siete de agosto, «han ardido 510 hectáreas», de las cuales «sólo 8,8 son arboladas». Estrés de la vegetación Hay que cruzar los dedos en vista de las temperaturas y del estrés que ha podido sufrir la vegetación. No obstante, los datos son optimistas. Son 250 hectáreas menos que la media calcinada de los diez últimos años. El «86% son conatos», arguyen las mismas fuentes, lo que da «una eficacia 5 puntos mayor» que en veranos anteriores. Y es que a pesar de las estadísticas, y como comentan fuera de micrófono los profesionales, la región es una zona con viviendas muy cerca del monte, lo que complica aún más las labores de rescate. Noticia Relacionada estandar No 22 provincias en riesgo por altas temperaturas de hasta 40ºC en Jaén ABC Este jueves se esperan intervalos nubosos en la costa de Galicia y en el norte de las islas Canarias Las Rozas, como todo Parque de Bomberos, y más si hablamos del más grande de la Comunidad Autónoma de Madrid, tiene su frontón para ejercitarse, y muy cerca una torre de entrenamiento 22 metros donde se ensayan los rescates en edificio. Cuando el periodista camina por los alrededores, el reportero gráfico ya está tomando imágenes de cómo es una operación de estas características. Colocar una camilla y bajar al herido a las asistencias médicas. Suena por megafonía un aviso. Se trata de la caída de un árbol en Torrelodones, pero no hay misión menor para el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid. Al sol.
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