martes, 23 de agosto de 2022

Carolina Marín, primer paso firme hacia su cuarto trono mundial

Compite Carolina Marín contra las rivales y contra sí misma siempre que sale a la pista. Conquistado casi todo lo posible, siempre hay algo por lo que volver a levantarse, a entrenarse, para mejorar. Está la onubense en el Campeonato del Mundo, que se celebra en Tokio, y es una plaza en la que quiere superar una ausencia, la suya en esta ciudad mientras se disputaban los Juegos Olímpicos hace un año. Está en octavos del Mundial, superado el partido de estreno con contundencia ante la canadiense Wen Yu Zhang, por 21-16 y 21-14. Pero sabe que no es la Carolina Marín que quiere ser. «Primera victoria en el Mundial con buenas sensaciones, pero aún tengo muchas cosas que mejorar en el juego. Tengo un día por delante para pulir esos pequeños detalles, preparar el partido bien y el jueves salir a por todas», comentó tras el encuentro. Le falta a la española ese rodaje que dan tanto las competiciones como las victorias. Después de conquistar su sexto Europeo consecutivo, en abril y en Madrid, en junio sufrió dos derrotas demasiado tempranas en el Open de Indonesia y en el Open de Malasia. Pero viene de una puesta a punto en Sierra Nevada en la que ha matizado movimientos, cuerpo y cabeza . En este Mundial de Tokio, por todo lo que conlleva de emociones, también está presente su psicóloga, María Martínez. Noticia Relacionada Bádminton estandar No Estreno placentero para Carolina Marín en el Mundial EP La española vence a la canadiense Wen Yu Zhang en dos sets (21-16 y 21-14) Como primera medida, el objetivo es 'made in Carolina Marín', es decir, estar en el podio; pero evita especificar el color de la medalla que quiere para que no haya otra rival más en su lado de la pista. Ya hay demasiados fantasmas en la pista de Tokio. Hace un año debía estar allí, y tenía la maleta casi hecha: una preparación impecable, una ilusión inquebrantable. Pero a menos de dos meses de coger el avión, hubo un 'clack' en la rodilla izquierda: rotura del cruzado y los dos meniscos. A Marín se le escapaba una oportunidad de reconquistar el planeta bádminton, después del oro en Río 2016, después de tres oros mundiales, pero abrió enseguida otra oportunidad: París 2024 . Para acercarse a esa meta, horas y horas de fisioterapia, de reacondicionamiento de la rodilla y de psicología. El «puedo porque pienso que puedo» elevado una octava más porque la lesión volvía a ser de las graves -menos de dos años después de superar otra rotura del ligamento cruzado anterior, en la rodilla derecha-, y las consecuencias, once meses de parón y unos Juegos sin acudir, irreparables. Levantada otra vez de aquel año en el que se hizo más paciente, admitía a este diario, y aprendió a disfrutar de un fin de semana en la playa con los amigos, se recuperó para saldar una deuda consigo misma, ausente en el Mundial de Huelva, en su casa, todavía en recuperación, conquistó el mundo por tercera vez en Madrid, casi en casa, este pasado abril. Ha comenzado el asalto al cuarto mandato con la determinación de siempre. Ahí está París y aquí está ella, en octavos del Mundial. Juega mañana contra la china He Bing Jiao, bronce mundial en Huelva, y contra sí misma. Carolina Marín, a por su mejor nivel y siempre un poco más.

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