miércoles, 31 de agosto de 2022

El pasado como espejo para la nueva España

Hubo un tiempo, y no hace tanto, en el que España era un equipo que se asomaba a los grandes torneos con la única pretensión de competir y llegar lo más lejos posible. Tiempos en los que soñar con las medallas estaba casi prohibido y en los que alcanzar el podio se celebraba como una gesta. Aquella España que se disparó a la leyenda con la llegada de los júniors de oro , que ganó dos mundiales y que rozó la gloria dorada en los Juegos, es ahora de nuevo un equipo vulnerable que buscará en este Eurobasket mantener la senda ganadora. Misión complicada por las bajas y por una renovación que está todavía a medio camino. Para encontrar una situación similar, con una España alejada de los favoritos, toca mirar a la década de los 90. Después del éxito gigante que supuso la plata de Los Ángeles 84 , el baloncesto español se encontró con un relevo incierto que deparó unos años de altibajos. «Casi nadie contaba con nosotros. Íbamos a los torneos sin ser favoritos, pero dábamos la cara y en cierto modo sí que me recuerda a la situación actual del equipo. Nosotros vivíamos un proceso de renovación tras la plata lograda en los Juegos de 1984 y no terminábamos de encontrar a los sustitutos de aquellas estrellas, algo que parece que ocurre también en esta selección. Nuestro camino de reconstrucción fue largo y cristalizó en la plata del Europeo de 1999, que llegó justo cuando aterrizaron unos jóvenes llamados Navarro, Gasol y Felipe Reyes», explica a ABC Lolo Sainz, el encargado de dirigir aquella renovación que comenzó con la salida de Díaz-Miguel tras el fracaso de los Juegos de Barcelona. Durante años, España acumuló decepciones en los grandes torneos, pero la llegada de los júniors de oro al vestuario cambió para siempre el porvenir de la selección. Se pasó de acudir a los campeonatos soñando con las medallas a ser los principales favoritos para el oro. Ocho metales en nueve Europeos desde entonces. Racha que desde 1999 solo se rompió en 2005 –cuarta– y que España quiere alargar en este Eurobasket a pesar de que, como en aquellos años noventa, acude al torneo lejos de las favoritas para el título. Noticias Relacionadas estandar Si Baloncesto Scariolo: «Asumir que somos un equipo con menos talento no debería ser un problema» Emilio V. Escudero estandar Si Baloncesto De España a España: así ha cambiado la selección en tan solo un año Pablo Lodeiro Fernández Esta selección cincelada por Scariolo se parece muy poco a la que ha dominado el baloncesto europeo en los últimos veinte años. Cuesta reconocer las caras, aunque confía el italiano en que el gen competitivo instalado en el vestuario vuelva a salir a relucir cuando se levante el telón del campeonato. No figura España entre los aspirantes al oro y, a pesar de ello, nadie duda de que puede luchar por él. Se ha ganado ese respeto la selección a lo largo de estas dos décadas de alegrías en las que siempre dio la cara sin quejarse por las bajas y los problemas de última hora. La receta que le dio resultado a Sainz es la misma que intenta aplicar ahora Scariolo a la espera de que los jóvenes que han brillado en las categorías inferiores este verano llamen definitivamente a la puerta de la absoluta. «Yo lo que les pedía a los jugadores es que tuvieran confianza en sí mismos y después buscábamos crecer desde la defensa y la disciplina. Había mucho compromiso por parte de todos. Recuerdo que Epi se había retirado del equipo nacional y que lo llamé nada más llegar al cargo. Le dije que me había fastidiado tantas veces cuando yo dirigía al Madrid y él jugaba en el Barcelona, que me debía una. No tardó ni diez segundos en subirse al tren de nuevo», rememora Sainz echando la vista atrás. Uno de los jugadores que vivió en sus carnes aquellos años de sequía fue Alfonso Reyes . «No éramos favoritos, pero dábamos siempre la cara y acabábamos cerca de las medallas. Incluso en el 99 sacamos una plata que no esperábamos y que tiene un sabor especial para aquella generación. Lo importante en estas situaciones es que cada jugador ofrezca su mejor versión y ahí tiene mucha importancia la labor del entrenador. Para nosotros, Lolo fue fundamental. Marcó la senda para lo que venía por delante», señala el exjugador y actual presidente de la Asociación de Jugadores (ABP). Un cruce que da miedo Esta vez, la misión parece el más difícil todavía para los de Scariolo. El técnico italiano ha visto reducida la ración de talento en el vestuario como nunca antes. Retirados ya los Gasol, lesionado a última hora Llull y con Ricky Rubio en plena recuperación de la rodilla, la selección se estrena hoy ante Bulgaria con un equipo plagado de novedades y juventud. Solo cuatro jugadores repiten respecto a los que fueron el verano pasado a los Juegos de Tokio y siete debutan en un gran torneo. Willy Hernangómez , rotación marginal en Tokio, es ahora la gran estrella de un equipo comandado por un recién llegado como Lorenzo Brown , que ha silenciado las críticas de su nacionalización exprés con actuaciones notables que le sitúan como uno de los referentes del equipo. «Veo ilusión en el equipo y sobre todo veo sacrificio, que es muy necesario a la hora de competir. Que sea el único veterano en el vestuario hará que intente inculcar lo que he aprendido de todos los jugadores que han pasado por la selección a los demás. Yo creo en este equipo y por eso estoy aquí», señala Rudy Fernández, capitán del equipo. El peligro de España, con una primera fase amable en la que solo Turquía debería inquietar, está en el cruce de octavos, donde se dibuja un duelo temible con el grupo más peligroso del torneo en el que están Francia, Lituania y Eslovenia . Conjuntos plagados de talento NBA , a los que se suman Grecia y Serbia como aspirantes a un título para el que nadie cuenta con España, que confía en su capacidad de superación para volver a subir a un podio europeo del que no se ha bajado desde 2007.

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