Rozar los 40 grados no es plato de gusto para nadie. Tampoco para los animales que viven en el Zoo o en parques como Faunia, especialmente aquellos que pertenecen a especies menos acostumbradas a las altas temperaturas. Para evitarles problemas como golpes de calor , los responsables de estas instalaciones tienen previstas soluciones de emergencia. Y no son tan distintas de las que usamos los humanos. Por ejemplo, se les ducha, les facilitan el acceso a baños o les proporcionan alimentos fríos, que les refresquen por dentro. «A los pandas», explican responsables del Zoo madrileño, les encantan «los polos de sandía»; por eso en su recinto nunca faltan en verano estos productos. Cada mañana, se les proporcionan sus 50 kilos diarios de bambú fresco -hay cinco ejemplares ahora: el macho, la hembra, los dos gemelos que nacieron el pasado septiembre y están a punto de cumplir un año, con un montón de celebraciones previstas- y la pequeña Chulina , que pronto viajará a China. «Actualmente, el de Madrid es el único Zoo de Europa que tiene cinco ejemplares de panda», explican. Estos animales tan especiales, además de saborear sus polos de sandía y los palitos de bambú fresquitos, también cuentan con otra comodidad: una pagoda interior en la que tienen instalado aire acondicionado. No se especifica si a los 27 grados reglamentarios por decreto del Gobierno, pero sí que el lugar dispone también de un grado de humedad constante. Los animales de la pradera están más acostumbrados al calor, pero los osos pardos y otros menos aclimatados necesitan también ayudas externas. Como una piscina que tienen dentro de sus instalaciones, cuentan en el Zoo, donde se mojan cada vez que aprieta el calor; y una zona de sombra, inferior y que no está tampoco a la vista del público, donde suelen tumbarse a sestear. En su caso, también reciben alimentación de temporada en forma de polos: para ellos, de naranja o melón. Noticia Relacionada estandar No Helados para que los animales combatan el calor, la solución del Zoo de Barcelona C. Callau Para evitar que las altas temperaturas afecten al bienestar de los animales los cuidadores adoptan medidas como la ampliación de los bebederos o la modificación de las dietas El elefante asiático y el rinoceronte indio, animales de agua, tienen piscinas, y si no, se les ducha, como se hace también con los tapires y las tortugas. Para estas últimas hay piscinas de barro, que les ayuda a mantener la temperatura más baja. E incluso hay aspersores en las zonas centrales, donde se encuentran los lobos. El Zoo cuenta con pingüinos pero son de una especie africana, y por eso están en el exterior sin problemas. En Faunia, sin embargo, son especies antárticas, y por eso están ubicados en el llamado ecosistema polar, ahora a 7 grados de temperatura. Allí disfrutan del clima los diez pollitos nacidos esta pasada primavera. Y tan frescos.
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