No hay probablemente un lugar en la Península donde se sienta tanto la fuerza de la Naturaleza y las supersticiones del pasado como en la isla de Ons. Llegó a tener 560 habitantes en 1960, que vivían de una próspera industria pesquera, y hoy apenas subsisten en invierno media docena de personas. Gran parte de su población huyó a Bueu, a Cangas y a Sangenjo, donde las condiciones de vida y el porvenir eran mucho mejores. Ons, que etimológicamente significa ‘una’, está situada a una decena de kilómetros en línea recta de la ría de Pontevedra. Desde tierra, parece el caparazón de una tortuga y, también, hay quien dice que se asemeja al lomo de una ballena. Forma parte del archipiélago... Ver MásDe España https://ift.tt/3yiMDzf
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