viernes, 27 de agosto de 2021

Hallan en un canal de riego el móvil de un riojano, cuyo cadáver se busca desde hace un mes

Javier Ovejas, de 31 años, desapareció el pasado 29 de julio en Entrena (La Rioja). Esa noche, poco antes de las diez, fue a casa de un conocido suyo en el pueblo para pedirle explicaciones porque supuestamente este individuo, con numerosos antecedentes, le había robado una colección de monedas antiguas. Fue lo último que se supo de él. Su novia, Pilar, con la que llevaba solo unos tres meses denunció su desaparición dos días después y señaló sin dudar a ese hombre. Los agentes encontraron el coche de Javier junto a la casa a la que había ido, con su perro dentro del vehículo. De él ya no había ni rastro. El sospechoso fue detenido por agentes de Homicidios de la Comandancia riojana el 6 de agosto. El individuo, con numerosos antecedentes por robo y contra la salud pública acumulados en las dos últimas décadas, se negó a hablar. Pero los especialistas de Criminalística pusieron la vivienda del revés en busca de pruebas. Varios testigos habían declarado que oyeron gritos, una pelea y a alguien que pedía socorro la noche de la desaparición. A esas declaraciones se unía lo que había contado la novia de Javier. Este tenía una pequeña deuda de drogas que el vecino había decidido saldar robándole su colección de monedas, cuyo valor económico no se conoce. La víctima había ido a reclamársela. «Pese a que es un tipo con un historial muy violento es posible que la discusión se le fuera de las manos y acabó como acabó», señalan las fuentes consultadas por ABC. Los agentes de Criminalística recogieron numerosas muestras que se están analizando en el laboratorio. Todo apunta a que esa vivienda de la calle Santa Ana de Entrena fue el escenario del crimen. Los testigos también detallaron que habían escuchado lo que parecían disparos. En una zona aledaña a la casa los agentes recogieron varios casquillos, según pudo confirmar ABC. Pero del cuerpo de Javier no encontraron nada. Desde entonces se lleva a cabo una intensísima búsqueda del cadáver de Javier que se ha ido ampliando cada día. Al silencio del detenido, que fue enviado a prisión sin fianza, se suma que el presunto autor es cazador furtivo, un gran conocedor de los campos de la zona por lo que podría haberse deshecho del cuerpo en cualquier lugar. Este individuo fue condenado por tener a 29 perros encadenados, sin agua ni comida, en una finca de Entrena. En el dispositivo de rastreo participan Unidades de Seguridad Ciudadana, del Servicio Cinológico con perros especialistas en la búsqueda de cadáveres, el Equipo de Rescate e Intervención en Montaña, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), así como un helicóptero de la Guardia Civil. Desde que empezó han encontrado pozos que ni siquiera se conocían. Los rastreos comenzaron por la falda norte de la sierra de Moncalvillo, el valle del Iregua, el río Iregua, toda la comarca de Entrena y las localidades limítrofes. El 8 de agosto, coordinados por Guardia Civil y organizada por el Ayuntamiento de Entrena, la asociación de cazadores y la comunidad de regantes, se realizó una batida con 60 voluntarios en las localidades de Sojuela y Medrano. Durante ese rastreo masivo, Pilar la novia de la víctima llegó a gritar en público: «Se lo ha echado a una piara de cerdos para que se lo coman» ante la estupefacción de quienes escucharon estas palabras. No hay ningún dato que apunte a ese escenario macabro. El cauce del río Ebro también se peinó y los buzos se han sumergido en decenas de canales, balsas de riego y pozos. Esta semana la búsqueda se centra en los términos de Entrena y Navarrete, después de que el móvil de la víctima apareciera en uno de esos canales. El jueves, la comunidad de regantes dictó un bando anunciando a los agricultores el corte del suministro de agua para facilitar los trabajos. La Guardia Civil no va a parar hasta agotar todas las posibilidades.

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