domingo, 29 de agosto de 2021

Feijóo pide ensanchar la base del PP con los regionalismos moderados

Ni pizca de sol en este remate de agosto gallego, casi otoñal, de chaqueta y manga larga e inicio de curso político bajo los robles de la ‘carballeira’ de San Xusto, una tradición que Pablo Casado mantiene como reconocimiento a la fortaleza del PP gallego. El líder nacional del partido y Alberto Núñez Feijóo entrelazaron sus mensajes para repartirse fondo y forma, respectivamente: el presidente nacional se quedó con las cargas de profundidad a Pedro Sánchez, mientras el barón gallego esbozó un diseño de organización que ensanche su base electoral. «Somos el partido de las mayorías de los pueblos de España», proclamó ante unos 500 cargos locales y autonómicos, «somos el partido no sectario que da cabida a las mayorías ideológicas de los pueblos de España». Feijóo presentó al PP como una «casa grande» que debe «aspirar a ser la mejor opción» de los ciudadanos, porque asegura que son «la única»: «No hay alternativa». El partido, dijo, «nunca ha tenido miedo», y se mostró partidario de ampliar, ensanchar su base para dar cabida a regionalismos moderados como «catalanistas o galleguistas», así como a descontentos de otros partidos que «ya ven lo que duran las modas». «Hoy España está sometida a la minoría», añadió, «y somos populares porque defendemos al pueblo en sus planteamientos ideológicos mayoritarios». La apelación de Feijóo a incorporar un barniz identitario según los territorios no es nuevo, aunque lo pueda parecer. Ha sido la fórmula que le ha funcionado al PP de Galicia desde la época de Fraga, también ahora con el actual presidente de la Xunta, que acumula cuatro mayorías absolutas. Y que encontró el refrendo de los barones autonómicos el pasado julio, cuando Moreno Bonilla, Ayuso, Mañueco o López Miras vinieron a arropar a Feijóo en el congreso del que salió reelegido como presidente regional del PP. Ayer insistió en la idea de España como un país «plural, diferente pero unido», en el que el PP «es más necesario que nunca», al frente del que situó a un Pablo Casado «que será presidente del gobierno de todos los españoles, no solo de una parte» de la nación. Frente a esta vocación de ampliar el espectro ideológico, Núñez Feijóo lamentó que Sánchez y el PSOE utilicen «lo que desune a España para estar en el Gobierno». Y también lanzó una advertencia que puede entenderse igualmente en clave interna: «Se equivocan quienes piensan que llega con confiar en que la pandemia vaya a remitir para que las cosas empiecen a mejorar». «Sentido de Estado» A Pablo Casado se le vio, por momentos, muy molesto con las críticas recibidas desde la izquierda en los últimos días por la supuesta falta de «sentido de Estado» del PP ante la crisis de Afganistán. «Es de mal gusto, de ser arrogante, celebrar según qué cosas», censuró, «¿Cómo podemos celebrar lo que pasa en Afganistán? No es ético». Defendió la posición «de Estado» de su partido desde que él accedió a su presidencia. «La oposición tiende la mano y se ha encontrado un frontón, o lo que es peor, un cordón sanitario –lamentó–, nos encontramos el ‘no es no’ como respuesta» a las distintas ofertas de pactos con el Gobierno. «No he visto una oposición en otros países que tenga que estar año y medio pidiendo una ley de pandemias para que los jueces no tengan que decir qué tienen que hacer los consejeros de sanidad», subrayó, «ni que le pida al Gobierno que cumpla con el Consejo de Europa y que no politice la justicia, bueno sí, lo hemos visto en Hungría y Polonia». «Nosotros a lo nuestro», zanjó Casado, «somos una oposición responsable, pero somos la oposición». «Me daba igual cuando decían que tendíamos demasiadas manos y éramos blandos, y ahora somos duros porque no las hay, aunque no las ven», proclamó Casado ante los suyos. El líder popular cargó contra el «márketing y la propaganda» de las últimas apariciones públicas de Sánchez, desde «sus 42 minutos» de visita a las zonas afectadas por los incendios en Ávila a su paso por una residencia en Extremadura. «Estuvo año y medio sin ir a una», y lamentó que «el colmo sea envolverse en la bandera del Ejército» cuando «él mismo dijo que sobraba el Ministerio de Defensa». Para Casado, debajo del «ropaje» externo «es lo de siempre, el Gobierno más radical de la historia de España y de la Unión Europea», ya que ningún otro Ejecutivo comunitario tiene «ministros comunistas» ni «depende de partidos que piden la desaparición de la nación a la que representan». Por último, pidió el cese de Marlaska por el acercamiento de 150 presos etarras, «96 de ellos con delitos de sangre» y que se ponga fin a los «homenajes» a los excarcelados de la banda.

De España https://ift.tt/2Y7IvFQ

0 comentarios:

Publicar un comentario