martes, 7 de febrero de 2023

La doctrina de Sánchez no frena el desencanto y el temor en el PSOE: «No hay nada que hacer»

No será hasta la próxima semana cuando la Mesa del Congreso de los Diputados califique la proposición de ley del PSOE para reformar la ley del 'solo sí es sí'. Como muy pronto el primer debate parlamentario no se sustanciará hasta el 21 de febrero. Dos semanas más con el conflicto abierto . Como poco. Porque los intentos de pacto se prolongarían en el trámite de las enmiendas parciales. El desconcierto en el PSOE es muy grande. Y en ese contexto se hacía necesario un posicionamiento por parte del presidente del Gobierno que fijase la ruta a seguir. En la tarde del lunes los diputados y senadores socialistas recibían un mensaje: Pedro Sánchez reuniría a sus grupos parlamentarios y realizaría una sesión en abierto. Por un lado hay alivio por haber tomado la decisión de actuar. Lo está ejemplificando estos días cada vez que tiene ocasión el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page . Pero el sentir es generalizado. «Esto al ciudadano de a pie le produce desconcierto. Se debe corregir de inmediato», apunta un alcalde socialista. «Es el tema que más daño nos está haciendo en toda la legislatura» , reflexionaba un diputado antes de entrar en esa reunión. «No hay nada que hacer. Hay que ir adelante con la reforma y ya está», apunta un secretario general autonómico. Noticia Relacionada estandar No Yolanda Díaz se queda en tierra de nadie al no posicionarse en la guerra PSOE-Podemos sobre el 'sí es sí' Gregoria Caro La formación morada buscar ocupar el hueco que deja libre el perfil bajo de la vicepresidenta segunda Este martes el choque con Podemos subió de escalón. Las palabras de la ministra de Justicia, Pilar Llop , que en una entrevista en la Cadena SER defendió que «con una herida ya se puede probar que ha habido violencia» en una agresión sexual y no haría falta demostrar consentimiento soliviantaron a Podemos. Porque para ellos esas declaraciones son la prueba de que se vuelve a situar la existencia de violencia como eje de la ley. «Otra vez el foco en las mujeres, en cuánto nos resistimos, en si cerramos las piernas. Es el modelo de La Manada, no el del consentimiento», criticó la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra . Las palabras de Sánchez se hacían necesarias. Porque el partido está desorientado. Y muy incómodo ante un escenario cada vez más probable: terminar dependiendo del PP para sacar la reforma. El presidente del Gobierno defendió la reforma registrada por los socialistas porque «resulta evidente» que ha tenido «efectos indeseados» . «Y me quedo corto», añadió. Sin querer entrar al choque con su socio de gobierno, Sánchez dijo que «existe un problema» y que ante esa realidad la única alternativa es «utilizar el diálogo, pero resolver el problema». Pese a ello Sánchez defendió que la reforma es un avance «neto» en derechos. Y por eso su mensaje da una instrucción muy clara al PSOE: defender la ley como «una buena ley» que surge como «una amplia reivindicación feminista». Y defendiendo ante la opinión de Podemos que pese a la reforma que plantean los socialistas se sigue situando «el consentimiento explícito de la mujer» en el centro de la ley. El presidente defendió que la reforma es el único camino que contempla: «Vamos a hacer lo que hay que hacer, lo correcto, de sentido común, defender la ley y corregir el problema a futuro para que no haya ni una sola rebaja de condena». Los actos cometidos en el pasado o durante la vigencia de la 'ley del solo sí es sí' se podrán acoger a las penas menos duras que recoge la ley original todavía vigente. El Gobierno conoce perfectamente esa consecuencia irreparable, pero prioriza el mensaje de mitigar el clamor social y trasladar la idea de que han hecho algo para poner fin a la situación. Sus palabras y esfuerzos por defender la norma no surtieron efecto. La ministra de Igualdad, Irene Montero : «Estamos en un momento difícil, enfrentándonos a un posible retroceso en los derechos de las mujeres. Vamos a trabajar para preservar el consentimiento y no volver a ese Código Penal de La Manada basado en la violencia o la intimidación que suponía que a las mujeres se les preguntase si habían cerrado bien las piernas». En el Gobierno se revuelven ante esa vinculación con La Manada y recuerdan que es una expresión utilizada por Pablo Iglesias. Otro dirigente del PSOE ve muy difícil el entendimiento con Podemos porque ellos «están ganando espacio respecto a Yolanda (Díaz)» . Tras la escalda verbal de la jornada, un miembro del Consejo de Ministros lamentaba: «Se está perdiendo el control, se ha ido demasiado lejos». Los aliados piden consenso Ese escenario de dependencia del PP quedó ayer como una opción muy plausible si nada cambia. Entre los socios del Gobierno hubo un mensaje inequívoco hacia el consenso y se reiteró una petición: que el PSOE y Unidas Podemos zanjen sus diferencias y lleguen a un acuerdo. No obstante, la unilateralidad socialista no se ha percibido con buenos ojos, aunque ayer desde la mayoría de flancos se evitase entrar en la guerra abierta en la coalición. Bildu fue el más claro al alinearse con las tesis de Unidas Podemos y rechazar las palabras de Llop. La diputada Bel Pozueta , portavoz de Igualdad de los 'abertzales', censuró la posición del Ministerio de Justicia como una vuelta «al modelo anterior». Según ella, enfocar el debate en la prueba de la agresión sexual aleja del centro el consentimiento; «el núcleo» de la ley vigente. Más conciliador estuvo Gabriel Rufián , portavoz de ERC en el Congreso, aunque lanzó un claro aviso a filas socialistas ante posibles tentaciones. Para que los republicanos estén en la ecuación es «absolutamente» necesario que cualquier reforma cuente con el plácet del Ministerio de Igualdad. Los independentistas no estarán en un acuerdo sacado con el PP del que se descuelgue Unidas Podemos. Eso sí, Rufián señaló además que la ley actual debe ser modificada y que, si bien rechaza la «campaña» según él orquestada contra Montero, también cree que no todo en la ley es «perfecto». «El debate tiene que ser técnico» , subrayó el diputado de ERC, que ayer fue uno más de cuantos reclamaron al Gobierno rebajar los decibelios y enterrar el hacha de guerra para ponerse manos a la obra. En cualquier caso, con el debate sobre el consentimiento en boca de todas sus señorías, Rufián advirtió: «ERC no va a contribuir a volver al infierno probatorio para las mujeres». Esto es algo en lo que coinciden con PNV, Bildu, PDECat, Más País y Compromís, pero el portavoz, que ya ha hablado con el PSOE sobre este asunto, quiso matizar para no hacer sangre: «No digo que la propuesta del PSOE haga esto». En una entrevista en Radio Euskadi, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, también reprochó al Gobierno que un tema «tan delicado e importante» se debata en los medios convirtiéndolo en algo ideológico. Los nacionalistas vascos, afirmó, apoyarán la propuesta del PSOE si «manteniendo el consentimiento, se consigue una precisión que no dé margen a interpretaciones diversas» por los tribunales. Sin duda, la mayor preocupación ayer en la izquierda y en el independentismo era el conflicto manifiesto en la coalición de gobierno. El líder de Más País, Íñigo Errejón , pidió al Ejecutivo no hacer de este asunto «un caballo de batalla», reducir «el ruido» y trabajar en una ley que cuente con el mismo respaldo que tuvo en su tramitación la 'ley del solo sí es sí', que solo rechazaron el PP y Vox. En idéntica línea se pronunciaron Genís Boadella (PDECat) y Joan Baldoví (Compromís). Solo desde Unidas Podemos comparecieron con el cuchillo entre los dientes. Jaume Asens tachó de «populismo punitivo» las declaraciones de la ministra Llop en la Ser y Pablo Echenique cargó las tintas nada más comenzar su alocución: «La ministra de Justicia ha dejado claro que la propuesta del PSOE es volver al Código Penal de La Manada». Unidas Podemos pide al PSOE que ceda, como dicen haber hecho ellos accediendo a la modificación de la ley, mientras los socios reclaman un armisticio que no llega.

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