Amanda Gutiérrez : «No puede ser que el taquillero cobre más que las futbolistas»

Varios meses después de la puesta en marcha de la Liga profesional femenina sigue sin llegarse a un acuerdo sobre el convenio colectivo que debe regular las condiciones de trabajo de las futbolistas. El anterior, cuando la liga aún era amateur, caducó en junio de 2020. Hoy existen enormes diferencias para su renovación por la distancia insalvable entre lo que ofrece la patronal y lo que pretenden los sindicatos. Para Amanda Gutiérrez (31), presidenta de Futpro, el sindicato mayoritario, no tiene sentido que los clubes ofrezcan un convenio continuista cuando las condiciones económicas son muy distintas a las de hace solo dos años. ¿Cómo está hoy la negociación del convenio? Llevamos muchísimos meses con las negociaciones y creo que estamos en un momento muy complicado. En su día se tomó la decisión de que se hablaría primero del salario para después poder tocar el resto del convenio. Ahí tenemos una propuesta de la Liga F de aumentar el salario mínimo de 16.000 a 17.000 euros este curso, para subirlo después 500 euros al año hasta que en 2027 llegue a 19.000 euros. Las jugadoras han recibido esto como un jarro de agua fría, la verdad. Esas cifras contrastan mucho con su propuesta, que es un salario mínimo de 50.000 euros. Nosotros hicimos un informe para valorar cuál sería el salario adecuado para que una futbolista profesional pudiera dedicarse a este deporte teniendo en cuenta sus peculiaridades, como son que dura menos que un trabajo normal, que la dedicación es tanto física como mental, que afecta a su etapa fértil… También tuvimos en cuenta lo que gana la gente alrededor del fútbol femenino. Desde el taquillero que cobra las entradas hasta el jardinero que está cuidando el césped. Y no puede ser que ese personal cobre más que ellas. Pasa lo mismo con las árbitras. No debería ser así. Noticias Relacionadas estandar No Fútbol Rebelión en la selección femenina de Francia Laura Marta estandar No Fútbol Escándalo en cadetes: una futbolista recibe tocamientos en un partido contra chicos P. L. ¿Y qué dice la Liga? Lo que nos han comunicado es que no pueden ofrecer una cantidad más elevada porque quieren hacer una competición sostenible, que muchos clubes no podían asumir ese salario. Aquí llegamos a la conclusión de que tenemos que definir qué es para nosotros una liga profesional. No puedes presumir de ese nombre y tener unas futbolistas con miedo a retirarse porque no van a poder tener ni un piso pagado. Son condiciones con las que ni siquiera un trabajador de a pie, que se va a jubilar a los 65 años, podría vivir. Esos números chocan también con las cifras millonarias de las que se habla desde la creación de la Liga F. En varias entrevistas han dicho que han llegado a un acuerdo de activos comerciales por un mínimo de 42 millones en cinco años, y que esas cantidades pueden aumentar si la competición prospera, que es evidente que lo hará con el crecimiento increíble del fútbol femenino. Luego, están los derechos audiovisuales, que suman 32 millones en cinco temporadas. Y si además le añadimos el dinero que el Gobierno está invirtiendo, que son 22,5 millones en tres años, nos vamos a la friolera de casi 95 millones. Ese es otro de los factores que analizamos en nuestro informe. ¿Cuál es la dimensión económica de esta nueva Liga? ¿A qué destinan el dinero? Nosotros ya no tenemos ese control. Son los clubes los que votan el destino de esos ingresos que se reparten entre ellos. A nosotros nos trasladan que no sería sostenible aumentar el salario mínimo ni a 35.000 euros en tres años. Habla del enfado y la frustración de las jugadoras. ¿Se plantean parar la competición como hicieron las árbitras? ¿Está esa opción ya sobre la mesa? De momento lo que estamos haciendo es tener mucha comunicación con la Liga, porque creemos que es lo adecuado. Seguimos hablando sobre el tema y volvemos a reunirnos este próximo jueves. Se han comprometido a darnos sus números y las explicaciones que consideremos. A partir de ahí habrá que tomar decisiones. No nos esperábamos sentarnos en una mesa negociadora de una liga profesional y recibir esa propuesta. Hasta ahora, ¿cuáles son los efectos tangibles que ha tenido la conversión de la liga en profesional? Problemas. Da la sensación de que lo único importante era ponerle el apellido… Exacto. No solo no hemos avanzado ni vemos que se esté traduciendo en nada, sino que hemos retrocedido. Pasar de 16.000 euros a 17.000 implica que no se está valorando el trabajo y el esfuerzo que hacen las futbolistas. A todas ellas, da igual en qué equipo jueguen, se les está exigiendo igual que a las del Barça, por poner un ejemplo. No obstante, hay unas que están cobrando mucho más y otras que no llegan a 12.000 euros y que tienen muchas dificultades para llegar a fin de mes. Es cierto que crear un proyecto nuevo cuesta, pero aquí la sensación que tenemos es que hay demasiadas trabas. ¿Esta desigualdad genera también fuga de talento? Se está viendo. Las futbolistas se marchan. Jugadoras con bastante impacto en nuestra competición se han ido a Inglaterra porque ellos están creciendo a unos niveles que nosotros no alcanzamos. Allí se las trata como lo que son, futbolistas profesionales, y no tienen que estar pidiendo permiso para reclamar derechos. También tenemos esa comparativa entre ligas, y la media salarial no es la misma. Dice que el tema salarial lo ha frenado todo. ¿No hay ningún avance en el resto de asuntos, como la maternidad o el protocolo contra los abusos? Eso es. De momento, hasta que no lleguemos a un acuerdo con el tema del salario los demás temas han quedado parados. Tampoco esperamos muchas complicaciones. ¿Y qué plazo límite se ponen? Vamos a esperar a la próxima reunión, seguiremos hablando e intentando entender esta propuesta. A partir de ahí, valoraremos. ¿Siguen mediando entre la Federación y las internacionales? Sí, pero como siempre digo, no voy a dar información por el bien del proceso. Obviamente, esperamos que se pueda llegar a solucionar. Rubiales da a entender que sin disculpa no dará su brazo a torcer… Eso tendrá que preguntárselo a la Federación.

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