lunes, 20 de febrero de 2023

Siete meses sin noticias de Mónica: «Si mi madre no me llama el día de mi cumpleaños, es que no está viva»

Era jueves. Un 21 de julio, cuando el teléfono de Mónica de la Llana dejó de emitir señal. Aquel mediodía había quedado con una amiga para comer. «Al final no has venido, ya me dirás por qué no has podido venir». No hubo respuesta. Días antes, le avanzó: «Ya te contaré lo que me está pasando». La última vez que alguien habló con ella fue la víspera. «Mañana iré a por ropa, ahí a tu casa», escribió a un amigo, pero tampoco apareció . No contestó y no les pareció raro, cuenta a ABC su hermana María Jesús, porque era algo habitual en ella. «Era complicado seguirle los pasos». Mónica se había mudado con una pareja reciente, Carlos, a un pequeño pueblo del Priorat, La Morera de Montsant (Tarragona), con poco más de un centenar de habitantes. No tenía trabajo, aunque de forma esporádica ejercía como camarera en algún restaurante. Aquel fin de semana, cuando se le perdió el rastro, tenía apalabrado un turno en un bar de Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Las alarmas saltaron cuando, tras decirle su madre que la iban a operar, Mónica tampoco se puso en contacto con ella. A veces dejaba de dar señales durante días, pero su familia veía que tenía actividad en redes sociales y era así como sabían que estaba bien. «Cuando vi que no había compartido nada y que no se conectaba a Whatsapp desde el 21 de julio, dije 'no es normal'. Sus amigos tampoco sabían nada de ella», cuenta María Jesús. De hecho, su expareja alertó a su madre, Teresa. «No sé nada de Mónica, el último día que hablé con ella fue el 18, por Telegram, qué raro que no me conteste, no sé nada de ella». Fue así como formalizaron la denuncia en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Valls (Tarragona). «Pensamos que la desaparición voluntaria era muy rara», apunta su hermana. Mónica, de 45 años, necesita medicación para el asma y también para una arritmia. No se la llevó consigo, y la Policía catalana no ha detectado movimientos que indiquen que pudiese haberla adquirido después. Pese a que es la última persona que la vio, Carlos , su pareja, no se puso en contacto con la familia y tampoco alertó a los Mossos. En su declaración, contó a los investigadores que aquel 21 de julio la había dejado en la parada de autobús de un pueblo cercano, Cornudella de Montsant . Detalló que la llevó hasta allí a las dos de la tarde, para que ella fuese a trabajar. «Es mentira, mi hermana ese día no tenía que ir a trabajar», apunta María Jesús. Cartel que alerta de la desaparición de Mónica ABC El conductor niega que Mónica subiese a su autobús . Su teléfono móvil tampoco salió de La Morera, donde la ubica su última señal. Desde entonces, tampoco se ha registrado ningún movimiento en sus cuentas bancarias. «Ella tiene un piso en alquiler, el inquilino ingresa el dinero en la cuenta, que iba para pagar la hipoteca. Del importe sobraban 40 euros que Mónica siempre cogía, pero siguen ahí, intactos», detalla María Jesús. Aunque la familia no conoce a Carlos, los amigos de Mónica sí, y aseguran que la relación entre ambos era « bastante tormentosa ». De hecho, recuerdan un incidente en que la dejó «tirada» en la gasolinera del pueblo limítrofe al que residían. «Tuvieron que ir a buscarla y entonces ya la avisaron, pero ella, erre que erre», apunta su hermana, que cuenta con unos audios que captan el maltrato del individuo hacia Mónica . «Lo que pasa es que ella nunca denunció», lamenta. Su entorno sospecha de Carlos, no solo por los antecedentes previos de trifulcas entre la pareja, sino por su actitud. En todo este tiempo, no se ha puesto en contacto con la familia de ella. Tampoco acudió a la Policía. «Sé que lo han interrogado, como han hecho con su círculo cercano. A la gente le dice que está preocupado por ella, porque un día se fue, a otros [como a los Mossos] les dice que la dejó en la parada del bus. Pero él mientras vive muy tranquilo en su casa», reprocha María Jesús. Contradicciones La versión del autobús también ha ido variando según quién fuese el interlocutor. A una amiga de Mónica le aseguró que la había dejado en la parada, pero especificó que lo hizo a las 7.00 de aquel 21 de julio, y no a las dos de la tarde, como contó a los investigadores. Los Mossos han interrogado a todos los que tuvieron contacto con Mónica. El amigo en cuya casa tenía que recoger ropa, con la que quedó a comer, a su exnovio con el que unos días antes de desaparecer fue a practicar submarinismo y también han rastreado la geolocalización de su teléfono móvil , para poder ubicar sus movimientos. Su madre, Teresa, su hermana María Jesús, y su hijo, de 21 años, tratan de averiguar, de forma desesperada, qué ha pasado con Mónica. « Mi madre no se puede olvidar de mi cumpleaños. Si no me llama ese día, es que no está viva », fue lo que dijo el chico a su tía el pasado 30 de septiembre. Madre e hijo nacieron el mismo día y, aunque él se crio con sus abuelos, ella no dejaba pasar esa fecha para felicitarlo o hacer algo juntos. «Aunque fuese muy dejada, siempre lo llamaba», corrobora María Jesús. Ahora el abogado de la familia, Carlos Segarra , ha solicitado al juzgado de Valls que instruye el caso nuevas diligencias. «Hay buenas sensaciones, pero este tipo de investigaciones son largas», explica el también exsubinspector de la Policía Nacional. Lo peor para la familia es la incertidumbre y María Jesús tiene pocas esperanzas de que Mónica siga viva. «Son siete meses y necesita medicación, ¿dónde está mi hermana?». CRONOLOGÍA 18 de julio Conversación con el ex «Teresa, no sé nada de Mónica. El último día que hablé con ella fue el 18, por Telegram. Qué raro que ya no me conteste, no sé nada de ella». Así alertó la expareja a la madre de la mujer desaparecida. Después la familia interpuso la denuncia. 20 de julio «Iré a por ropa» Mónica quedó con un amigo, pero no se presentó. «Mañana iré a por ropa, ahí a tu casa», le escribió ella la víspera. «Al final no has venido, ya me dirás qué te ha pasado», le dijo él, pero la mujer ya no contestó. 21 de julio Última conexión Había quedado para comer con una amiga, pero Mónica tampoco apareció. «Ya me dirás por qué no has podido venir». No hubo contestación. A veces ella no se presentaba y nadie sospechó que podía haberle pasado algo. 30 de septiembre El cumpleaños Aunque su hijo se crió con los abuelos, Mónica siempre lo felicitaba por su cumpleaños. Los dos nacieron el mismo día. «Aunque fuese muy dejada, siempre lo llamaba o estaba con él», explica su hermana María Jesús.

De España https://ift.tt/On4CYy0

0 comentarios:

Publicar un comentario