sábado, 18 de febrero de 2023

Las farsas del 'proceso de escucha' de Pedro Sánchez

Una partida de petanca en el parque con unos jubilados de Coslada, un café con un mileurista de Parla, una tarde de cine en Martín de los Heros (la calle cinéfila de Madrid por excelencia) para ver 'As Bestas', un encuentro con ciudadanos anónimos en los jardines de La Moncloa… En la cabeza de los estrategas de Moncloa y de Ferraz sonaba muy bien esa puesta en escena de la figura del presidente, Pedro Sánchez , pero su plasmación en la realidad, en tiempos en los que en todo se indaga y de todo se investiga, no quedó tan lucida. Poco se tardó en saber que entre quienes fueron en septiembre al palacio presidencial a mostrarle sus inquietudes se encontraban destacadamente varios militantes del PSOE; que afiliados socialistas eran, igualmente, los pensionistas con los que el secretario general socialista compartió un agradable mediodía en un parque de la localidad del este madrileño después de aprobar el Gobierno la subida de las pensiones; y que hermano de un militante socialista , líder de las Juventudes Socialistas parleñas, era el joven que cobra el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) con el que Sánchez compartió café y manolitos en su domicilio esta semana, justo después de que el Consejo de Ministros aprobase la subida a 1.080 euros del SMI. La calle y «los poderes» Desde que el pasado verano se renovó la cúpula socialista, con la salida de la hasta entonces número dos, Adriana Lastra , y su sustitución por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero , poco después de que Pedro Sánchez pusiera la proa a «los poderosos», con el anuncio de grandes impuestos a la banca y las compañías energéticas, la obsesión del equipo que rodea al presidente del Gobierno se sintetizaba en una palabra: gente. 'El Gobierno de la gente' fue, no en vano, el lema que se activó para una serie de actos o de 'performance' con los que se trataba de acercar al jefe del Ejecutivo al ciudadano medio. Un reclamo también de ciertas reminiscencias podemitas , dado que esa palabra, gente, fue utilizada hasta la saciedad en la época del partido morado liderada por Pablo Iglesias , con lemas como el de 'nunca más un país sin su gente', que hicieron fortuna con la irrupción de ese partido en la vida institucional española. Una mañana en Moncloa El 5 de septiembre de 2022, Sánchez abrió el curso con un encuentro con ciudadanos. No hubo preguntas, y eso que varios de los asistentes eran militantes del PSOE. Petanca con militantes Para publicitar la subida de las pensiones, el presidente jugó en enero a la petanca con unos jubilados. También resultaron ser militantes. Café con un mileurista en Parla Esta semana, tras aprobar la subida del SMI, merendó con un mileurista de Parla, cuyo hermano es el líder de las Juventudes socialistas en esa localidad. Esquinazo a la prensa en Getafe El 8 de octubre el presidente llegó tarde a un mitin en Getafe. Había dado esquinazo a la prensa para dar un paseo por la capital del sur sin las cámaras de testigo. Antes del inicio del curso político 2022-2023, la frase que corría de boca en boca por los renovados pasillos de Ferraz era muy gráfica: «Ya nos hemos reunido mucho con los jefes del Ibex, ahora nos toca con la gente» . Y es que, como recordaron por entonces muchas informaciones y comentarios, el arranque del curso político anterior, en 2021, fue precisamente en un gran acto en la Casa de América de Madrid con lo más selecto del empresariado español, al hilo de los fondos europeos que empezaban a tramitarse y que la propaganda monclovita siempre ha vendido como uno de los grandes hitos de Sánchez en Bruselas, dado que nuestro país recibirá 140.000 millones de los mismos. Doce meses después, Sánchez decidía marcar otro rumbo señalando a muchos de esos actores empresariales. Hace justo un mes, en el foro anual de Davos (Suiza), el presidente mantuvo un encuentro con varios de ellos, salvo con uno, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que decidió plantarle. Sí que se sentaron con el jefe del Ejecutivo la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín , o el de Telefónica, José María Álvarez Pallete . Los grandes prebostes del empresariado español, en cualquier caso, pudieron tener más cerca a Sánchez y conversar más directamente con él que «la gente», así considerada genéricamente, con la que –según el plan anunciado por su equipo en agosto– iba a encontrarse en una suerte de «asambleas ciudadanas» en las que individuos anónimos iban a plantearle sus inquietudes particulares, en un escenario de crisis energética e incremento de los precios desconocido en décadas, prácticamente desde la crisis del petróleo de los años setenta. En la práctica, esos pretendidos encuentros ciudadanos no han sido más que los mítines al uso que los partidos políticos suelen celebrar por toda la geografía nacional, más aún en época preelectoral, como sucede en este 2023 con autonómicas y municipales primero, en mayo, y elecciones generales después, ya en diciembre. Ferraz apuesta por el lema Fuentes del PSOE, sin embargo, subrayan como «absolutamente positiva» la valoración de esa agenda de actos, que el pasado octubre incluyó un gran mitin en Sevilla de Sánchez con Felipe González , en conmemoración del cuarenta aniversario de la victoria del primer presidente socialista de la democracia, en las elecciones generales de 1982. Las mismas fuentes aseguran que «la movilización en todos los territorios, desde municipios pequeños hasta los más grandes, cargos y militantes está siendo un preludio estupendo para la campaña de las municipales y autonómicas». Y aseguran que el lema 'El Gobierno de la gente' seguirá vigente durante todo este año. En algunos de esos contactos ciudadanos, Sánchez incluso se ha encargado de dar esquinazo a la prensa. Ocurrió el sábado 8 de octubre en Getafe, cuando el secretario general de los socialistas apareció con bastante retraso en el Polideportivo Juan de la Cierva de la capital del sur madrileña junto a la alcaldesa socialista de la localidad, Sara Hernández, y el líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato. Pronto los periodistas y reporteros gráficos que cubrían el evento supieron el motivo del retraso, que no era otro que el paseo previo que por el centro de la ciudad organizó el equipo del presidente, publicitado luego en las redes sociales como todo un baño de multitudes. Incluso pudo detenerse en la afamada confitería Monroe Bakes, de Noelia Tomoshige, cuyas especialidades pudo probar e incluso comprar varias de ellas para llevárselas a su familia, como el propio presidente explicó en su perfil de Twitter. Todo ello, claro, s in la prensa ni sus focos de testigos .

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