La coqueta cafetería del hotel donde se hospeda la selección sirve de sala de prensa improvisada. Por allí desfilan los jugadores de todos los equipos, entre ellos Jaime Pradilla (Zaragoza, 2001), que aparece puntual a su cita, incluso unos minutos antes. Enseguida muestra ese carácter afable que ha cautivado al vestuario de la selección. El pívot, uno de los debutantes en un gran torneo, se ha convertido en pieza clave para Scariolo, que hoy tirará de él para frenar al fenómeno Markkanen y lograr un sitio en semifinales. Duelo ante Finlandia ( 17.15 horas, Cuatro ) que desde hace unas horas centra toda la atención del jugador del Valencia Basket. -¿Qué hizo en el día libre? ¿Ha venido ya su familia a Berlín? -No, están esperando a ver cómo avanza el torneo. El lunes descansé, fui al gimnasio y visité un poco la ciudad. Me gustó mucho lo que vi. A ver si puedo volver en el futuro y hacerlo con un buen recuerdo. -Hablando de recuerdos, ¿cuál es el primero que tiene de la selección? -(Se lo piensa). Uffff, tengo muchos, así más difusos, pero quizá el primero más fresco es el de Pau Gasol en el Eurobasket de 2015 con aquella exhibición contra Francia en semifinales. Yo era todavía un chaval, pero me sirvió para amar con más ganas este deporte. -¿De aquellos jugadores de la selección, a quién se parece más usted? -Me comparan siempre con Felipe Reyes y si la gente lo dice, por algo será… Pero vamos, que Felipe es incomparable. Lo que él ha conseguido es inigualable y ojalá yo pudiera acercarme un poco a sus títulos y sus medallas. «Markkanen es un pívot distinto a los que hemos tenido hasta ahora. Será un reto pararle» Pradilla Pívot de España -Él era un maestro del rebote, ¿eso se aprende o es innato? -Con el rebote, lo primero que hay que hacer es ir. Que suena tonto, pero no todos lo hacen. Hay que tener deseo, ganas o, como decimos en Aragón, 'rasmia'. Hay que ir con 'pitera', que es tener huevos. Luego está la lectura de dónde va a ir el balón para posicionarte y el rival que tienes al lado. Es un arte, sí. -Uno de los que quedan de aquella generación es su compañero de habitación, ¿qué le enseña Rudy? -Muchas cosas. Compartir habitación con Rudy es una lección de vida. Me está ayudando mucho para controlar las emociones, porque quizá me está pasando todo muy rápido. Él ya ha pasado por esto, sabe lo que es y cuál es la mejor manera para que no me afecte. Si nos puede la euforia, nos puede pasar como ante Bélgica. Otra cosa que me dice es que aproveche los días sin partido para descansar, porque a veces los jóvenes no lo hacemos... -El CAI, el Valencia, España... ¿le está yendo todo muy rápido? -Un poco sí. Desde que salí cedido a Palencia he madurado mucho. Me pilló la pandemia allí y di un cambio muy importante. Me centré más en el físico y aquello me ha ayudado mucho. Luego ha venido todo muy rápido, como dice, y te toca asimilarlo todo. Vivir solo, hacerte la comida, no tener a nadie con el que hablar cuando llegas a casa… pero bueno, a todo te haces y todo ayuda. Eso sí, la comida me la hago, pero nada sabe igual que en casa… -¿Cómo empieza a jugar Pradilla al baloncesto? -Por mis hermanos. Ellos jugaban y para mí eso resultó fundamental. Yo iba a sus partidos y en el descanso cogía la pelota para tirar a canasta. Seguramente, si ellos hubieran elegido otro deporte no estaría aquí. «Compartir habitación con Rudy es una lección de vida» Pradilla Pívot de España -¿Cómo ha hecho para cautivar así a Scariolo? -Creo que una de las cosas más importantes que tengo es mi forma de trabajar. Mis ganas. Intento ayudar al equipo en todo lo que puedo y soy una persona que intenta trabajar para los demás y eso a Sergio creo que le gusta mucho. -Decía el técnico el otro día que están ya donde muchos no pensaban que llegarían… ¿en el vestuario había dudas? -No creo. Nosotros teníamos claro que podíamos competir y perder, pero también podíamos competir y ganar, que es lo que ha pasado. Estamos contentos de que casi todos los días hemos competido y si lo seguimos haciendo podemos llegar muy lejos. Ojalá que hasta la final. -Dubljevic, Sabonis, Valanciunas… y ahora Markkanen, ¿es el pívot más difícil de parar? -Hablaba el otro día con mis hermanos y me decían que siempre me toca lo más complicado. Pero vamos, que yo estoy contento. Es experiencia, aprendo mucho y Scariolo es un genio con la táctica y me ayuda mucho. Es cierto que Markkanen es un jugador distinto a lo que hemos tenido hasta ahora, porque juega menos por dentro. Es un reto y si el otro día metió 43 puntos, a ver si ante nosotros mete menos de la mitad. -Muchos de estos pívots juegan en la NBA, ¿se ha imaginado allí? -No es algo que haya pensado. Sí que la selección era un sueño y estar aquí en el Eurobasket era algo que me apetecía mucho, pero la NBA no la tengo tan presente. Sí que todos los jugadores quieren ir allí alguna vez, jugar con los mejores, pero no es algo que me quite el sueño. Si en el futuro hubiera una llamada de algún equipo de allí, sí que me lo plantearía. Pero ahora voy paso a paso y mi presente ahora es la selección y luego el Valencia Basket. MÁS INFORMACIÓN noticia No Scariolo: «Si le dejas jugar, Finlandia es un equipo que te puede marear y volverte loco» noticia No La estudiada transformación de España noticia No Épica, un cuento de hadas y un héroe americano: «No queremos que esto se acabe» -Hablando de sueños, se ve en el podio? -Mire, antes de verano no me imaginaba estar aquí en el Eurobasket, así que no miro mucho más allá. Solo pienso en el partido de Finlandia y si lo sacamos, que estaremos entre los cuatro primeros, ya habrá tiempo de pensar en las medallas. Seguro que si competimos como hasta ahora podremos tocar algún metal.
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