domingo, 18 de septiembre de 2022

Cuando Danny DeVito nos deseaba encontrar pronto el tesoro en las entrañas de Madrid

Muchos madrileños se lamentan, a la vuelta del verano , por encontrarse la ciudad levantada en obras. Ampliaciones de vías, resolución de averías, mejora de asfaltado y otras causas, además de la proximidad electoral, multiplican los trabajos en la calle, lo que genera molestias que no siempre se aceptan bien. Pero que sepan que esto no es nada comparado con lo que se pasó en 2001 , un año que los madrileños recordarán como «el de los 100 kilómetros de zanjas». No es una cifra al azar: la aportaba la prensa de la época a mediados del verano de aquel año. Había obras muy potentes en marcha entonces, como el derribo del escalextric de Santa María de la Cabeza o la construcción -previo derribo del anterior edificio- de la nueva Maternidad de O'Donnell. Pero más allá de ellas, se estaba llevando a cabo una macrooperación para cablear la ciudad, que llevó a abrir las calles de punta a punta. Hubo muchas molestias, muchos desvíos y vallas, y algún problema de coordinación, que llevaba a que los ciudadanos vieran cómo terminaban los trabajos en una calle, la cerraban, y a las pocas semanas volvían a abrir para acometer otras tareas, entre la desesperación general. En ocasiones, intentaba explicar el alcalde José María Álvarez del Manzano , las zanjas eran debidas a averías, impredecibles e imprevisibles; las obras municipales, insistía, eran la minoría de todas las que se hacían. Una calle de Madrid, levantada en 2001 Jaime garcía Pero su mensaje no calaba. Y el mejor ejemplo fue el comentario de alguien llegado de muy lejos, sin ninguna idea preconcebida sobre la capital y ningún prejuicio hacia su clase política. Un actor de Hollywood de visita en Madrid, tremendamente popular y conocido, que sufrió en carnes propias, en sus desplazamientos por la capital, las consecuencias del estado de sus aceras y calzadas por efecto de las zanjas . Bromas Se trataba de Danny DeVito , el actor y cómico norteamericano, que se había hecho muy famoso por su participación en películas como 'Vaya par de gemelos', y estaba en promoción de su último film. Durante un encuentro con periodistas, le preguntaron qué opinaba de Madrid. Y el actor lanzó una frase que ha quedado para la intrahistoria capitalina: «Es una ciudad preciosa, pero espero que encuentren pronto el tesoro». Las bromas y chanzas que tuvo que aguantar el alcalde Álvarez del Manzano desde ese día en adelante, a cuenta de las zanjas y el tesoro, son incontables. Hasta recibió, como regalo envenenado durante la tradicional comida de Navidad con los medios de comunicación, un equipo completo de albañil, que le fue entregado por 'plumillas' ataviados con monos de trabajo y que rodearon con un precinto la mesa en la que se producía el evento, mientras de fondo sonaba la estruendosa melodía de un martillo neumático en plena faena. MÁS INFORMACIÓN Madrid cuenta con más de 80 kilómetros de zanjas que dificultan el tránsito peatonal Hasta 800 zanjas abiertas contabilizaba el Ayuntamiento por aquellos días. Pero como dice el refrán, no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. Las zanjas se fueron cerrando y la ciudad retomó cierta normalidad, aunque hay que reconocerle a las autoridades locales una cierta querencia por las obras, señal según algunos de la pujanza económica de la ciudad. Varios años después, en abril de 2017, la formación política Ahora Madrid bromeaba con el asunto: le explicaba al actor, en una carta en inglés y en español, que habían dado con el tesoro del que él hablaba, que era «el botín» que para algunos habían supuesto las obras de la M-30. Lo hacían, muy oportunamente, poco antes de que arrancase la sesión inaugural de la comisión de investigación sobre esas obras.

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