Si en 2020 los rescates en la sierra de Madrid subieron un 27 por ciento respecto al año anterior, con un total de 305 salidas, en 2021 la cifra se ha disparado otro 21 por ciento hasta alcanzarse las 385 actuaciones. Así lo desgranó ayer el consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Enrique López, durante una visita a la base del Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) del Cuerpo de Bomberos, ubicada en el Parque de Navacerrada. La cifra de auxilios y localizaciones de personas perdidas en la montaña no ha parado de crecer desde 2014, cuando se contabilizaron ‘solo’ 199 operaciones. Respecto a las citadas 385 del pasado año, el mayor incremento tuvo lugar en labores de rescate de personas accidentadas, hasta 295, lo que supone un aumento del 60 por ciento. Las otras 90, en cambio, estuvieron relacionadas con la búsqueda y localización de personas perdidas, registrándose un importante descenso del 52 por ciento en relación al dato precedente. En cualquier caso, este último apartado responde a los sucesos menos graves (desorientaciones o pequeñas roturas) si se compara con el grueso de las operaciones, provocadas normalmente por caídas de escaladores o infartos en plena ruta, dos episodios mucho más comprometidos. El último informe ha puesto de relevancia, más si cabe, el uso del helicóptero como herramienta para llevar a buen puerto las acciones de rescate. De hecho, 302 de las 385 salidas contaron con la ayuda del ‘pájaro’ del GERA, listo para partir siempre que las condiciones de visibilidad así lo permitan. El consejero López quiso poner en valor «la importancia de este servicio a la hora de asistir, rescatar y localizar personas en el monte, ya que en apenas siete años casi ha duplicado sus intervenciones». Reveló, además, que las zonas de la región en las que los miembros del GERA tienen que realizar un mayor número de operaciones «coinciden con las de mayor afluencia de ciudadanos, que acuden a practicar deporte, disfrutar de la naturaleza, o para realizar cualquier otro tipo de actividad relacionada con el ocio». Por orden, Manzanares El Real, Cercedilla, Rascafría y Navacerrada resultan los municipios más afectados. A ellos se suman dos peligrosos puntos de la sierra de Guadarrama: la cresta de los Claveles, en invierno; y la cara norte de Cabeza de Hierro, donde a su gran pendiente se une el riesgo de que la nieve acabe convertida en hielo. Por meses, mayo fue el que registró el mayor número de actuaciones, con 51, muy cerca de las 54 acaecidas en junio de 2020, coincidiendo con el final de la reclusión por el Covid. En el otro lado de la balanza, enero y noviembre contabilizaron 22 operaciones, respectivamente. Para hacer frente a cualquier contratiempo, el GERA está compuesto por 54 efectivos, repartidos en grupos de 8 o 9, que realizan guardias de 24 horas. Entre sus labores, también acuden a solventar incendios en viviendas y accidentes de tráfico. Incidentes justificados Por extraño que parezca, el porcentaje de imprudentes en la montaña es muy reducido. Los profesionales de este cuerpo de bomberos de élite han comprobado que la gran mayoría de excursionistas cumple con las recomendaciones, por lo que conviene resaltar que casi todos los incidentes a los que acuden están justificados. El perfil del montañero responde a personas con cierto nivel de preparación, si bien existe la sensación de que en los últimos años se ha animado gente menos experimentada. En España, son las comunidades autónomas las que deciden si cobrar o no a las personas que han necesitado de un rescate en la montaña. Solo siete regiones (Cataluña, Asturias, País Vasco, Navarra, Cantabria, Castilla y León y Canarias) exigen el pago de ciertas cantidades valoradas en función de la negligencia, mientras que las diez restantes, entre las que está Madrid, asumen todos los gastos. No obstante, el Gobierno regional no cierra la puerta a valorar en un futuro la imposición de penalizaciones a los imprudentes.De España https://ift.tt/3A4QQsE
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