domingo, 16 de enero de 2022

Los revisores de los parquímetros multan en un año a 150.000 patinetes, bicis y motos mal aparcados

Motos y bicis dispuestas en fila unas al lado de otras junto a las marquesinas de autobús de la plaza de la Independencia o patinetes abandonados a su suerte por la explanada de entrada al parque del Retiro por la Puerta de Alcalá. Este enjambre de trampas para la accesibilidad universal –un obstáculo diario para las personas con movilidad reducida– es todavía una constante, pese a que desde el 2 de enero de 2021 se facultó a los revisores de los parquímetros para que también pudiesen sancionar a los conductores de los vehículos de micromovilidad que los dejasen mal estacionados. En solo el primer año de vigencia de la medida, 150.023 patinetes, bicis y motocicletas de alquiler han sido sancionados, lo que supone una media de 411 multas al día , según los datos a los que ha tenido acceso ABC. La gran mayoría de las denuncias interpuestas en el último año por los controladores del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), que dependen del Área de Medio Ambiente y Movilidad, el 81,9 por ciento, han recaído en usuarios de patinetes. En segundo término, les siguen los de las motocicletas eléctricas de empresas de alquiler (13,3 por ciento) y, por último, las bicicletas (4,8 por ciento). La media de multas mensuales es de 12.502. Pero entre los meses de junio y julio esa cifra casi se duplicó. Fueron los dos periodos en los que más denuncias se realizaron al detectar más prácticas irregulares de estacionamiento. Tanto es así que se alcanzaron las 20.506 sanciones en junio y las 21.496 en julio. Trece puntos negros Los barrios más problemáticos en este sentido son Palacio, Embajadores, Justicia, Recoletos y Universidad, todos situados dentro del distrito de Centro. No obstante, a través de las quejas de los ciudadanos registradas, los servicios técnicos municipales han detectado que las dificultades de los peatones por la invasión de las aceras se dan de forma intensa y reiterada en trece puntos negros de la ciudad más. En concreto, se trata de las calles de Serrano, Juan Bravo y plaza de Colón, en el distrito de Salamanca; la plaza de Olavide y calle de Fuencarral, entre Centro y Chamberí; el paseo de la Esperanza, en Arganzuela; la plaza de Santa Ana, los jardines del Arquitecto Ribera y las calles de Juan Duque y Linneo, San Nicolás y Apodaca y Fernando VI, también en Centro. A juicio de la concejalía que dirige el edil popular Borja Carabante la causa de la mayoría de las infracciones es el desconocimiento de la propia ordenanza de Movilidad. Muchos usuarios no saben que, por ejemplo, en la zona próxima al Retiro solo se pueden aparcar motos y en una determinada disposición en la que no obstruyan el paso hacia las marquesinas de autobuses o los pasos de cebra. Para paliar esta falta de información, el Área de Medio Ambiente inició el pasado verano una campaña específica en las zonas más conflictivas. Los agentes municipales que patrullan por estos lugares sensibles colgaron dípticos explicativos en los manillares de los vehículos de alquiler, ya que los conductores ocasionales son los que menos conocen los detalles de la norma. Simplificación normativa Precisamente, uno de los objetivos de la nueva ordenanza de Movilidad aprobada el pasado agosto es el de simplificar la normativa. El texto vigente contempla la obligatoriedad de aparcar en la calzada en reservas específicas, para desplazar este tipo de vehículos, siempre que sea posible, al pavimento mediante anclajes y plazas reservadas solo para ellos. Para poder tramitar todos los expedientes sancionadores, los operarios deben acompañar el boletín de denuncia con tres fotografías del vehículo aparcado en una zona prohibida. Junto a las imágenes, los controladores deberán incluir la hora en la que se cometió el hecho punible. Las multas tienen una horquilla desde los 30 hasta los 200 euros, en función de la gravedad de la infracción. Por ejemplo, estacionar uno de estos vehículos en un lugar no permitido de forma antirreglamentaria se considera una infracción leve, por lo que el cargo es de 30 euros. En el caso de aparcar una motocicleta o ciclomotor sobre una acera que tenga menos de 3 metros de anchura supone una multa de 60 euros, al igual que si dejan junto a fachadas, zonas de carga y descarga, plazas reservadas para personas con movilidad reducida o de transporte público. Las de mayor cuantía, 200 euros, tienen que ver con «estacionar motos sobre la acera obstaculizando gravemente el tránsito de peatones». Al tratarse en su mayoría de vehículos compartidos de alquiler, la denuncia recaerá sobre la empresa a la que pertenezca esa moto, bicicleta, patinete o segway, quienes, a su vez, repercutirán el importe en el usuario infractor.

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