viernes, 14 de enero de 2022

Almeida dedica 1.000 millones a la revolución tecnológica de la EMT

La luz tenue perfila las decenas de cabecitas orientadas a la gran pantalla. Una melodía con tintes épicos acompaña las imágenes de autobuses azules recorriendo la capital, mientras una voz de mujer pronuncia frases grandilocuentes: «Siempre transportamos vuestras historias, vuestros sueños, vuestras vidas». El vídeo promocional y los aplausos clausuraron una de las mejores puestas en escena de José Luis Martínez-Almeida. En el auditorio de «la catedral de las nuevas tecnologías», La Nave de Villaverde, el alcalde anunció ayer la metamorfosis que planea para la Empresa Municipal de Transportes (EMT). La cifra, según el Ayuntamiento de Madrid, es «histórica»: 1.001,8 millones de euros. Una inversión distribuida en cinco anualidades, entre 2021 y 2025, y destinada a convertir la empresa pública «en la mejor EMT de su historia: sostenible, eficiente e innovadora», como trasladó el regidor durante la presentación. Los objetivos son ambiciosos. Aumentar del 8,5% al 22,5% la flota eléctrica, que ahora consta de 179 autobuses, reducir un 80% en cinco años la emisión de óxidos de nitrógeno, expandir la superficie de placas fotovoltaicas de los 1.430 metros cuadrados de 2020 hasta los 42.220 metros cuadrados en 2025... El año pasado, el Consistorio bicéfalo de PP y Ciudadanos invirtió 141,8 millones de euros en la EMT. Este ejercicio la suma asciende a 215,5 millones; en 2023 serán 222,3 millones; 247,2 millones en 2024; y 175 en 2025. La partida más gruesa, un total de 534,7 millones de euros, irá destinada a la adquisición de autobuses ‘verdes’, sostenibles y eficientes, con la misión de llegar a los 729 vehículos eléctricos en 2027. Otros 131,7 millones se emplearán en la construcción de infraestructuras, como los «centros de operaciones del futuro» de Las Tablas y La Elipa, y 158,2 millones para instalaciones innovadoras, entre ellas, una planta fotovoltaica generadora de hidrógeno verde en Entrevías, un proyecto que adelantó ABC hace unas semanas. La cuidada presentación, plagada de datos y términos punteros, mostró ayer los objetivos corporativos del ente municipal: sostenibilidad, orientación al cliente, rentabilidad económica y transformación digital. «La EMT es la punta de lanza de todo el Ayuntamiento de Madrid», aseguró el alcalde madrileño, que prende situar la compañía «a la vanguardia del transporte 4.0 en Europa». Han pasado tres cuartos de siglo desde la fundación de la EMT, en 1947, que nació con una treintena de líneas de autobús y algunas más de tranvía y este 2022 celebra su aniversario. «Son 75 años de la EMT, pero lo mejor está por venir», afirmó Martínez-Almeida. Recuperar la normalidad El tsunami del Covid-19 supuso una bofetada a la movilidad madrileña y la demanda cayó hasta un 85% en los meses más críticos. La teoría presentada ayer también menciona la vuelta a la normalidad. Antes de la pandemia, en 2019, la EMT fue responsable del 29% de los desplazamientos en medios públicos de la ciudad y transportó a 440 millones de viajeros. La red se encuentra todavía al 80% de los niveles preCovid y el Ayuntamiento prevé recuperarlos en 2023 y crecer hasta los 460 millones de usuarios en 2025. Crecer, crecer y crecer, también en ingresos. «La sostenibilidad ambiental tiene que ser compatible con la sostenibilidad económica», apuntó Martínez-Almeida. El análisis del Consistorio proyecta una evolución positiva del dinero que entrará en las arcas municipales, que pasaría de los 628,7 millones de euros en 2021 a los 755 millones en 2025. El EBITDA (beneficio bruto de explotación antes de deducir los gastos financieros) tendría una trayectoria ascendente desde este año, con 15 millones de euros, hasta 2025, con 58,9 millones. La EMT no son solo autobuses. La estructura primigenia del siglo pasado se ha transformado en un «operador global de movilidad en superficie», como la define el Ayuntamiento. Además de la flota de 2.068 autobuses y 219 líneas, la empresa gestiona las 269 estaciones de Bicimad y sus 3.362 bicicletas eléctricas -con el 100% de su flota electrificada, Madrid adelanta a ciudades de referencia como Washington D.C., Nueva York o París-, 75 grúas municipales, 23 aparcamientos con 12.451 plazas y el histórico teleférico de Madrid. Martínez-Almeida desglosó la hoja de ruta de la EMT, que define 24 proyectos estratégicos, acompañado del delegado del Área de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y del director general de la EMT, Alfonso Sánchez. También frente a representantes de empresas privadas de movilidad y concejales de la oposición. Un plan «para hacer de la EMT un motivo de orgullo, que ya lo es, de todos los madrileños», fue una de sus últimas frases. Unos minutos después de que terminara la presentación, fue el turno de los discursos en su contra. Una «oportunidad perdida» Bajo la cúpula gris de La Nave, en mitad del amplio vestíbulo donde reverberaba el eco de sus palabras, Javier Ortega Smith despachó sus críticas habituales. El nuevo plan de la EMT «lo que hace es esconder detrás el Madrid Central de [la exalcaldesa Manuela] Carmena», disparó el portavoz de Vox en el Palacio de Cibeles, recordando una vez más que hace semanas que dejó de ser el socio prioritario del equipo de Gobierno. Una periodista lanzó una pregunta: «¿Qué propone Vox para reducir la contaminación en Madrid?». «La mejor manera de reducir la contaminación consiste, en primer lugar, en no mentir sobre los niveles de contaminación, en decir que en los últimos 10 años la calidad del aire ha mejorado», contestó Ortega Smith. Aunque es cierto que han mejorado, la capital sigue lejos de los valores límite que marca la Unión Europea. «No hay que tragarse las mentiras de la religión climática de la agenda 2030», concluyó el concejal. El principal grupo de la oposición, Más Madrid, que empata en número de ediles con el PP (15), tildó el plan de la EMT de «pérdida maravillosa para la ciudad». «Se ha perdido una gran oportunidad porque no recoge cosas fundamentales», lamentó la concejal Esther Gómez, que entre otras cosas echó en falta uno de los puntos recogidos en los Acuerdos de la Villa, el proyecto de la M-35, un servicio de autobuses rápidos de alta capacidad para conectar los distritos fuera de la M-30. «Es una oportunidad perdida y un ejercicio de incoherencia», compartió por su parte el edil del PSOE, Ignacio Benito. El último en comparecer fue José Manuel Calvo, uno de los tres concejales carmenistas que conforman el Grupo Mixto y que salvaron en la recta final de 2021 los presupuestos de Martínez-Almeida. Calvo opinó que se trataba de un modelo «continuista de lo que aportó Manuela Carmena». El alcalde apareció poco después en el vestíbulo con su talante bromista y provocó varias carcajadas: «Cómo le gusta hablar al radical de extrema izquierda».

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