jueves, 20 de enero de 2022

Un Atlético roto y desorientado

Cuesta creer el derrumbe mental y deportivo del Atlético de Madrid, pero los datos son devastadores en un equipo que tras perder en la semifinal de la Supercopa fue eliminado de la Copa del Rey por la Real Sociedad. Un espejismo de aquel grupo rocoso que fue en el pasado y que le llevó a conquistar la última Liga. Los números hablan por sí solos: de los últimos diez partidos solo ha ganado tres y ha perdido seis. A estas alturas, aún en enero, ya lleva más derrotas de las que sumó en todo el curso pasado o en cualquiera de los anteriores. Lo mismo ocurre con los goles en contra. La cifra de ahora supera ya el global de la anterior. También es elocuente el batacazo mental. Es como si un tsunami hubiera pasado por encima del equipo borrando de un plumazo su identidad. Hoy impera un estado de amnesia que impide a los jugadores reconocerse en lo que les hizo grandes, la rotundidad defensiva, esa virtud de levantarse ante los golpes, la ambición y la bravura. Sorprende en un equipo que hace pocos meses levantaba el título de Liga y del que se aseguraba que había conformado la mejor plantilla de su historia. El universo rojiblanco, empezando por los aficionados y acabando en el técnico y los jugadores, anda ahora desorientado. Se creen conocer las causas de la crisis, al menos algunas de ellas, pero no hay recetas para las posibles soluciones. Lo que es seguro es que a Simeone le apremia el tiempo, porque el calendario no da tregua a un equipo que necesita coger aire. Defensa inoperante Cuando se habla del mal momento del Atlético lo primero que se señala es su fragilidad defensiva. Ante la Real Sociedad encajó dos goles que pusieron en evidencia la falta de contundencia de la zaga. Januzaj remató de cabeza en el primer gol pese a estar emparedado por tres rivales y Oyarzabal sacó los colores a Felipe en el segundo tanto, presionándole hasta provocarle el error y facilitando que Sorloth se plantase solo ante Oblak. El central brasileño es uno de los grandes señalados por su temporada aciaga. Pero los fallos individuales son, para desgracia de Simeone, una constante en este curso. Lesiones por doquier Que Felipe haya jugado tanto solo se explica por las continuas ausencias de Giménez y Savic, los dos hombres llamados a liderar el centro de la zaga. El uruguayo es uno de los hombres de cristal de la plantilla, y Savic lleva fuera de combate desde hace casi dos meses. No son los únicos. Según datos de Transfermarkt, los rojiblancos han sufrido un total de 22 lesiones desde agosto. Oblak, Hermoso, Lodi, De Paul, Correa y Luis Suárez son los únicos que se han librado de pasar por la enfermería. Suárez, desaparecido Presumía el Atlético de ataque demoledor a principio de curso, cuando llegaron Griezmann y Cunha para acompañar a los Luis Suárez, Correa, Joao Félix, Carrasco... El dilema entonces era ver cómo encajar las piezas sin que ninguno se molestase. Pero la cruda realidad es que todos los atacantes, salvo Correa, están lejos de sus mejores números. El caso de Suárez es el más sangrante, pues el uruguayo fue clave en la consecución del título el año pasado. Su bajón físico se ha traducido en menos goles y en muchos enfados al ser sustituido por Simeone. Griezmann, al que se espera como agua de mayo para cambiar el rumbo actual, tampoco es el de su primera época. Planificación irregular Igual que se ensalzó al numeroso grupo de atacantes del equipo, desde agosto se ha venido cuestionando la calidad y cantidad de la defensa colchonera. El problema se ha acuciado con la marcha de Trippier, que deja a los dos laterales con solo un inquilino real (Vrsaljko y Lodi). También se echa en falta un central más en un equipo que se ha acostumbrado a jugar con tres de ellos en el equipo titular. En los últimos días se ha reactivado la opción de fichar a Wass, pero la renovación de la defensa solo se acometerá en serio en verano. Si Koke no está bien... Pocas ausencia lleva peor el Atlético que la de su capitán. Si Koke falta el equipo se resiente. Y el argumento sirve también para cuando el estado de forma del vallecano no es el ideal. Ahora se da ese caso. Koke cuajó una magnífica temporada el curso pasado, pero hoy es una sombra de sí mismo. La Eurocopa condicionó su preparación y ahora se echa de menos su jerarquía. Gana pocos duelos y pierde demasiados balones. Mucha intermitencia El Atlético destaca por la calidad de su plantilla, pero ninguno es capaz de asumir el liderazgo del equipo. Carrasco, De Paul, Correa o el propio Joao Félix sueltan detalles de su talento con demasiada intermitencia. No hay estabilidad ni consistencia en su juego. El portugués ha sido titular en los dos últimos partidos, pero su incidencia ha sido mínima.

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