La convención nacional del PP está siendo un paseo con alfombra roja para Pablo Casado. Los sobresaltos, si pueden llamarse así, se reducen a la crítica del veterano Alejo Vidal-Quadras, fuera del partido desde hace años, por la «ceguera» del PP al defender el Estado de las autonomías, y la crítica de otra ponente por ver pocas mujeres en el cónclave. La nueva condena de Sarkozy, invitado el miércoles en Madrid, apenas ha inquietado en esta convención. En este ambiente de paz y sosiego, en un partido proclive muchas veces a meterse en peleas internas, ayer hubo polémica por la fecha del congreso nacional. En ese congreso, previsto para julio de 2022, debe revalidarse la presidencia nacional de Casado, y por tanto su candidatura a las elecciones generales. Fuentes del PP comentaron ayer que ese congreso se celebrará después de las elecciones generales. Lo que significaría que Casado no tendría que someterse a ningún cónclave previo. Esas mismas fuentes precisaron después que era solo una opinión y que si las elecciones se adelantan, el congreso tendría que ser a la fuerza después. En el equipo de Casado trataron de zanjar rápidamente un asunto que podía acabar en incendio, a poco que se enredara. «Nunca ha estado sobre la mesa la opción de cambiar la fecha del congreso nacional», afirmaron. Desde Génova subrayaron que ese congreso se convocará en tiempo y forma; es decir, cuando se cumplan cuatro años desde el anterior. Será, por tanto, en julio de 2022.De España https://ift.tt/3AXu0TC
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