domingo, 26 de septiembre de 2021

Ciudadanos pasa en un año de negociar los presupuestos a sentarse por cortesía

El paralelismo entre dos fotografías puede resultar de lo más engañoso. A simple vista, con un año de diferencia, se observa una delegación de Ciudadanos (Cs) reunida con otra del Gobierno de España para departir sobre los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Pero lo que hoy es un mero formalismo, un encuentro «cordial» entre dos partes sumidas en el desacuerdo, hace 365 días era un exhaustivo intercambio de papeles y cifras. El escaso tiempo transcurrido es inversamente proporcional a los numerosos acontecimientos que han alejado a Inés Arrimadas del Ejecutivo. La presidenta de Cs inició un acercamiento a La Moncloa en marzo del 2020, nada más ser elegida como nueva líder, a razón de la pandemia del coronavirus. Pero la alianza de Pedro Sánchez con ERC y EH Bildu, la discrecionalidad en el reparto de los fondos europeos y los indultos concedidos a los sediciosos del ‘procés’ han socavado la relación de confianza construida en las prórrogas del primer –e inconstitucional– estado de alarma. El viernes en el Congreso, Arrimadas admitía que su apuesta por España sigue siendo un «modelo Draghi», en referencia al «consenso» enarbolado por el primer ministro italiano. La líder de Cs piensa aún a día de hoy que había otra España posible: aquella que propuso con la vía 221 para trazar grandes acuerdos entre el PSOE, el PP y Cs. «Sánchez tuvo otro camino», recordó, pero apuntó que para intentar recorrerlo ahora, antes tendría que «romper» sus pactos con ERC y Bildu. Reunión del pasado mes de noviembre, en este caso con los apartados de Cs Carlos Cuadrado y José María Espejo - EP La apuesta del exvicepresidente Pablo Iglesias por los independentistas expulsó a Cs de los PGE. Son opciones incompatibles y el PSOE se decantó finalmente por los primeros. Pero entre las dos instantáneas no solo hay un cambio de rol, también de caras. Cs ha pasado de negociar las cuentas estatales «hasta el final» a sentarse con el Gobierno solo «por cortesía». Por medio, una crisis interna sin precedentes en Cs que tiene su origen en el acercamiento al Gobierno. Un sector del partido nunca quiso enmendar el «no es no» a Sánchez y apostaba más por una suerte de fusión/confluencia con el PP. La tensión interna se disparó con la fallida moción de censura en la Región de Murcia y comportó la ‘caída’ de los entonces vicesecretarios generales, Carlos Cuadrado y José María Espejo. Cs, a diferencia del año pasado, ha acudido a la ronda de contactos de los Presupuestos sin haber negociado previamente Los dos estaban en la primera reunión con pompa en 2020, el 12 de junio, en el Palacio de la Moncloa. Por parte del Gobierno encabezaba la delegación la exvicepresidenta Carmen Calvo. Días después de ese encuentro, ABC adelantó que Cs se abría por primera vez a negociar unos Presupuestos en los que no estuviese también el PP. El papel de Cuadrado fue clave junto al de Félix Bolaños, entonces secretario general de Presidencia y ahora encumbrado como ministro y hombre fuerte de La Moncloa. Él llevaba la voz cantante del Ejecutivo el miércoles, cuando escuchó a Edmundo Bal pedirle, casi como si se tratase de un trámite, que dejase a los separatistas fuera de los PGE. Con ellos, Cs no irá a ninguna parte. Y es algo que ahora se pone por delante de la negociación. Cs mantuvo el 3 de agosto del 2020 una reunión en el Congreso para cimentar la relación con La Moncloa, después Arrimadas tuvo un trato preferencial en la ronda de videoconferencias que mantuvo Sánchez con los líderes políticos a principios de septiembre y en octubre Cs recibió con entusiasmo el borrador de los PGE, en el que se atendían muchas de sus peticiones. Pero todo se torció el 5 de noviembre, cuando Cuadrado, Espejo, Bal y la secretaria general de Cs, Marina Bravo, se vieron en el Congreso con María Jesús Montero y Nacho Álvarez para ultimar la negociación. El problema es que ese mismo día el PSOE aceptó quitar el carácter vehicular del castellano de la ‘ley Celaá’ y el partido no reaccionó. La situación interna se complicó hasta que Arrimadas anunció el «no» a las cuentas. Aquel 5 de noviembre y este 22 de septiembre dejan dos fotos muy similares, pero ahora Cs busca su propia forma de hacer oposición.

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