domingo, 26 de septiembre de 2021

El vital auxilio de Álvaro Campos, el portero cirujano del Castellón, a un rival

El partido de la Primera División RFEF del pasado sábado entre la UE Cornellà y el CD Castellón terminó en empate (1-1) y con un tremendo susto después de que el juvenil Marcos Gorriti se desplomara sobre el césped tras un choque fortuito con Álvaro Campos, guardameta del equipo visitante que también ejerce como médico y que el fue el primero en socorrer al joven canterano del conjunto catalán para impedir que se tragara la lengua. «El jugador fue trasladado a un centro hospitalario y se le realizaron varias pruebas, pasó la noche en observación y esta mañana ha sido dado de alta», informó ayer el Cornellà en un comunicado en el que también agradeció «a todo el staff técnico y plantilla del CD Castellón el apoyo y colaboración» con su futbolista. Marcos Gorriti, que había entrado en el segundo tiempo en lugar de Eloy Gila, autor del gol del Cornellà, impactó con el meta visitante en el tiempo de prolongación al intentar rematar una falta lateral en busca del tanto de la victoria. Un choque que acabó con el joven canterano tendido inmóvil sobre el césped. «Al salir a despejar de puños, choqué con Marcos y al ver que no estaba bien me acerqué rápido para asistirlo», recuerda Álvaro Campos (Valencia, 1987) a ABC. El meta, que compagina el fútbol con la medicina estética y la cirugía capilar, no dudó ni un instante en correr para atender a su rival hasta que llegaron los médicos de ambos equipos. Unos segundos decisivos que se hicieron eternos en los que puso en práctica lo que tantas noches tuvo que repasar en sus apuntes. «Ante un traumatismo craneoencefálico de ese tipo, lo primero que hay que hacer es poner al paciente en posición para evitar que, si vomita, el líquido entre en vía aérea. Además hay que mantener la cabeza y el cuello alineados y estables ante movimientos», explica el meta, que a lo largo de su carrera deportiva ya tuvo que vivir un susto similar al del pasado sábado. «Por desgracia no es la primera vez que me ocurre en un campo de fútbol, pero por suerte en ambas ocasiones el compañero se recuperó y todo quedó en un susto». Según explicó ayer el Cornellá, su jugador, que fue retirado del campo en camilla, deberá estar controlado esta semana y tendrá que volver a someterse a pruebas para confirmar la evolución favorable. Álvaro Campos, un trotamundos del fútbol que ha pasado por los vestuarios del Lleida, Guadalajara, Albacete, Cádiz, Real Murcia, Levante y Onteniente, no solo hace ahora felices a los aficionados del Castellón con sus paradas, también a sus pacientes a los que realiza injertos capilares en la clínica Sermesa, en la localidad valenciana de Mislata, en la que nació y trabaja. Un futbolista que se siente afortunado «porque tengo la suerte de poder compaginar mis dos pasiones», aunque no ha sido fácil. Acabó la carrera en plena primera ola de la pandemia y en 2020 compaginó el final del master de cirugía capilar con el ascenso del equipo de Castalia a la categoría de plata del fútbol. Vocación médica le viene de familia puesto que sus padres son médicos y, entre otras ramas, también trabajan en la estética. Llegar a ser cirujano y a la vez portero en un equipo profesional no ha sido fácil para él y menos en una temporada como la anterior, en la que el Castellón batalló en la Segunda División del fútbol español. «Empecé la carrera con 18 años, pero hice medio curso y me fui a jugar a Murcia. Con esa edad, te descentras un poco y te dedicas al fútbol casi en exclusiva. Con los años te das cuenta que con el fútbol solo no te va a dar para vivir porque te has estancado en una categoría que no es millonaria y entonces decides volver y dar prioridad a tu formación», explicaba hace meses en una entrevista a Efe. Él siempre tuvo claro que el esfuerzo merecía la pena y el sábado tuvo la ocasión de volver a comprobarlo con su ayuda al joven Marcos Gorriti. Un accidente que afortunadamente quedó en un susto.

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