jueves, 30 de septiembre de 2021

‘Parte de guerra’ del ocio madrileño en vísperas de la vuelta a la normalidad

La pandemia pierde fuerza, o eso parece: los últimos datos epidemiológicos fijan la incidencia acumulada –esa que en los peores momentos rondó los 1.500 casos– en 64,2 a 14 días. Buenos datos que se acompañan de una caída de la presión hospitalaria y que han llevado a los responsables sanitarios a anunciar el fin de las limitaciones de aforo en las actividades económicas a partir del lunes. Los empresarios más afectados, los de hostelería y ocio nocturno, vuelven a respirar: tras un año y medio durísimo, en que cada pub o discoteca ha perdido entre 150.000 y 600.000 euros, esperan que vuelva la bonanza. Es más, en restauración ya calculan que cada día sin recorte de aforos les supondrá 10 millones de euros más de ingresos. «Ya prácticamente estamos a un paso de seguir como antes de la pandemia», decía la noche del miércoles la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, al tiempo que anunciaba el fin de las restricciones. Con un 87 por ciento de la población diana con la pauta completa de la vacuna, dos fallecidos por Covid en las últimas 24 horas, 374 casos nuevos notificados, 356 hospitalizados y 170 pacientes ingresados en las UCI, el panorama es, desde luego muy distinto, del que se vivía tal día como ayer de hace un año: entonces había 3.814 nuevos casos, 3.142 personas hospitalizadas en planta y 484 en UCI, y se habían producido 52 fallecidos en la última jornada. La nueva Orden de Sanidad, que ayer terminaban de redactar en la Consejería que dirige Enrique Ruiz Escudero, entrará en vigor el lunes 4 de octubre, a las 0.00 horas. Mascarillas. Continúa siendo obligatorio el uso de mascarilla para mayores de 6 años en espacios interiores de uso público: desde el Metro y otros transportes, a restaurantes, cines, iglesias, comercios, etc. En el exterior, se puede prescindir de ella cuando pueda guardarse la distancia de 1,5 metros con otras personas. Bares y restaurantes. En hostelería y restauración, se eliminan los límites máximos de ocupantes por mesa, tanto en interior como en exterior. Recuperan el servicio en barra, aunque el consumo debe hacerse sentado. Espacios culturales, deportivos y de culto. Tampoco habrá aforos que cumplir en lugares de culto, celebraciones religiosas, instalaciones funerarias, establecimientos comerciales, bibliotecas, museos, cines, teatros, equipamientos culturales, espectáculos recreativos y culturales, y en instalaciones deportivas. La supresión del límite de aforo también se extiende a espectáculos culturales y recreativos, festejos taurinos y eventos deportivos, tanto si se desarrollan al aire libre como en interior. Pubs y discotecas. En lo que respecta al ocio nocturno, acaban las restricciones de aforo. Se podrán instalar mesas altas para el consumo de pie por los clientes, siempre guardando la distancia entre personas. Pero, eso sí, las pistas de baile seguirán cerradas, salvo las que se sitúen al aire libre. En las de interior, se permitirá instalar mesas o mesas altas para consumir. Residencias de mayores. A estos establecimientos también llegan las buenas noticias: se acaba la limitación sobre el número y duración de las visitas a los mayores que viven en ellas. Y se permite el contacto físico, como cogerse de las manos o darse abrazos. Eso sí, seguirán siendo un máximo de dos personas por residentes en cada visita, o tres en el caso de que alguno de los visitantes tenga problemas de movilidad. Se recomienda que no acudan menores o personas sin pauta completa de vacunación. Los centros llevarán un registro de las visitas. Empresarios de la noche. Los responsables de Noche Madrid, entidad que reúne a los empresarios del ocio nocturno y discotecas madrileños, no escondían ayer su satisfacción por la relajación de las restricciones, que han sufrido en carne propia desde hace más de año y medio. El anuncio de Díaz Ayuso les produjo, aseguraban, «gran satisfacción» porque les permite «iniciar la cuenta atrás para recuperar la normalidad». Acabar con la limitación de aforos «pone fin a una pesadilla» que entienden justificada por la dureza del Covid-19, pero que les ha hecho un tremendo roto económico:150.000 euros por sala en los bares de copas y salas de concierto, y unos 600.000 por discoteca desde que se inició la pandemia. Volver a la normalidad, al menos en aforos, y aunque aún no se pueda bailar, les va a permitir recuperar casi 10.000 puestos de trabajo «sólo en el sector del ocio y los espectáculos», afirman. Empresarios de hostelería. En el sector de la hostelería y la restauración, respiraban aliviados. «Tener disponible el cien por cien del interior de los locales, sin limitación en el número de comensales en mesa, y con consumo en barras, aunque sea sentados, supone para nosotros prácticamente volver a la normalidad», asegura su director, Juan José Blardony. De acuerdo con sus cálculos, trabajar en estas condiciones permitirá «unos 10 millones de euros más de facturación diariamente para los establecimientos en Madrid». Y supone «un paso adelante para poder afrontar este otoño-invierno con normalidad». La hostelería de Madrid todavía no ha recuperado sus niveles de facturación previos a la pandemia: soportaba en septiembre una caída de facturación del 40 por ciento, y mantenía el cierre del 12 por ciento de locales respecto a 2019. Esto supone que hay ahora 3.800 locales de hostelería menos en Madrid que en ese año. Reabrir sin limitación de aforo les permitía aumentar su clientela, pero sobre todo agradecían el poder usar de nuevo las barras. Como recordaban, estas son «fundamentales para aquellos negocios que no tienen terraza», unos 14.000 en Madrid –que abarca el 50 por ciento de los negocios hosteleros, recuerdan–, y suponen para muchos locales pequeños poder reactivar el consumo en el interior, aunque sea con la clientela sentada en taburetes. Eliminar las restricciones de aforo les permitirá alcanzar el 80 por ciento de la facturación pre-Covid, calculan, a falta de la vuelta del turismo y de la presencialidad en las oficinas. «Es muy importante recuperar la sensación de normalidad en todos los ámbitos, y la eliminación de restricciones contribuye a ello. Aunque todavía nos queda recorrido para volver a estar al cien por cien», afirma Blardony. Reacciones políticas. Frente al aplauso unánime de las asociaciones de empresarios, la oposición recibió con ciertos matices la noticia del fin de los aforos. Hana Jalloul, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, pidió que, de paso que se ampliaban los aforos de bares y restaurantes, se extienda también a otros ámbitos: «Entendemos que conllevará también la apertura de los servicios de urgencias de atención primaria, que llevan cerrados desde el inicio de la pandemia». Dentro de ese mismo ámbito, recordó que «avanzar hacia la normalidad tiene que llegar también a la sanidad pública: los madrileños y madrileñas deben de poder recibir la atención sanitaria en el centro de salud de su barrio». Su compañera en el Ayuntamiento de Madrid, Mar Espinar, mostraba sus dudas de si se está «en la mejor situación» para levantar restricciones, más ahora que llega el frío, y lanzaba un aviso:espera que «esto no sea un pasito adelante para luego dar de nuevo otros dos para atrás». Mónica García, portavoz de Más Madrid, pedía igualmente que volviera la presencialidad y el acompañamiento en los centros hospitalarios, en las consultas de pediatría o en la realización de pruebas, «en momentos tan importantes como la consulta a menores, seguimiento del embarazo o reuniones escolares». También pedía normalidad en los hospitales la portavoz adjunta de Unidas Podemos, Alejandra Jacinto. La Consejería de Sanidad informó que «cada hospital, en función de su estructura, perfil clínico de sus pacientes y el contexto epidemiológico, establece su política de visitas y acompañamiento de pacientes, tanto en hospitalización como en la asistencia ambulatoria».

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