Todos los ojos miran desde hace una semana a la isla de La Palma, adonde se han desplazado expertos de todo el mundo y medios de comunicación de todos los rincones del planeta. Pero cuando las nueve bocas del volcán y sus cuatro puntos eruptivos dejen de emitir lava y los informadore sse vayan la pregunta que se hacen todos los vecinos es la misma: «¿Qué será de nosotros?». Pedro Amado explica la impotencia que siente y espera que no les olviden. Tiene su cultivo en Las Hoyas de La Laguna en Todoque y aunque su finca no está dentro del terreno sepultado por la lava, que le pasará previsiblemente a 500 metros, sin agua y sin acceso poco puede hacer con su cultivo. Algunos agricultores han podido acceder a regar, pero esta plantación está incomunicada. «Yo creo que se lo lleva», lamenta. Ya han vivido otras dificultades este año, y solo espera que las ayudas lleguen a tiempo esta vez. Se afana en salvar la cosecha de este año, llamando sin cesar a los conocidos para que le cuenten la situación y buscar una manera para acceder y, al menos, regar por última vez sus plataneras «a ver si escapan». Mientras la lava sigue fluyendo del volcán de Cumbre Vieja, Pedro Amado y Vicente, sentados en la entrada de un local reflexionan sobre un futuro negro e incierto, porque cuando dejen de estar en el epicentro de la emergencia informativa, el problema les quedará solo a ellos, piensan. Coladas de cuatro kilómetros y con la altura de un edificio de más de tres plantas seguirá partiendo la isla en dos, con cortes de carreteras, luz y suministro de agua. Los agricultores de plátanos, una de las principales actividades de la isla y que es emblemática en la imagen de La Palma son en su mayoría profesionales autónomos. Se estiman más de 300 hectáreas de esta actividad han sido arrasadas, pero la zona de afección es mucho mayor, con problemas de accesos y sin suministro de agua, por lo que los cultivos que se perderán desde la fecha actual a dos meses se cuentan por cientos. 6.000 evacuados Ya son más de 6.000 vecinos evacuados, tres barrios sepultados y otros tres que han tenido que abandonarse en apenas 15 minutos, con otros 160 vecinos más a los que el volcán les ha enseñado los dientes. Pero no es solo eso, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), porque como, ha explicado a ABC su presidente César García, «habrá que reorganizar por completo la economía de La Palma». Han pedido extender la prestación por cese de actividad especial y específica, la exoneración de cuotas, aplazamiento de los pagos de obligaciones tributarias por los próximos cuatro trimestres, créditos bandos para reconstruir o rehabilitar plantaciones y locales, y una línea de ayuda directa de entre 5.000 a 20.000 euros en función del volumen de negocio perdido. Sin embargo, apunta a que se deberá poner en marcha «un plan de empleo y formación para la readaptación de los profesionales», porque «a medio plazo habrá que rehabilitar, no los locales o fincas, sino la economía de La Palma de cabo a rabo». La misma idea comparte el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, que considera que deje activarse la prestación extraordinaria por cese de actividad, ampliar los seis meses de la tarifa plana, exoneración de la presentación de las obligaciones tributarias, aplazamiento de pagos, ayudas directas y créditos blandos. Son «medidas extraordinarias para situaciones igualmente extraordinarias y muy duras». Para estos autónomos, que dejarán el trabajo de toda una vida en lo que ya es un pueblo fantasma y que principalmente son agricultores, ganaderos y empresarios de vivienda vacacionales y casas rurales, se pedirá un Plan de Reconversión, para que haya formación de forma prioritaria en otro sector o actividad. Podrían ser más de 350 afectados directamente y 3.500 de forma indirecta en actividades vinculadas. 470 millones de euros Se estiman daños materiales por 470 millones de euros. ¿Quién lo paga? Las viviendas con seguro podrán contar, previsiblemente, con el máximo asegurado, pero eso no pagará la totalidad de las pérdidas. La vecina de La Laguna, Esther Afonso mira a su alrededor y se lamenta, la casa en la que vive ha sido hogar de cuatro generaciones y está envuelta en recuerdos personales. «Me llevo fotos, las joyas de mi madre, pero los muebles, las cosas más grandes se quedan aquí». Su casa no está en peligro, pero teme que una nueva boca la ponga en el camino de la lava. «En esta casa vivió mi abuela y hay pertenencias de toda una vida», por más de cien años de historia. Su barrio está evacuado de forma preventiva y busca qué llevarse y qué no antes de que corten los accesos. Mira su rosal orgullosa, porque sabe que la nube de ceniza podría acabar con él pronto. A pesar de todo es positiva, «saldremos de esta». En contacto con lluvia, la ceniza puede ganar un peso suficiente para derribar los tejados de sus hogares. Los bomberos abandonaron ayer una de las zonas afectadas con más de 20 centímetros de ceniza en los tejados de las viviendas. Ante los daños, previsiblemente Canarias podrá acogerse a los Fondos de Solidaridad de la Unión Europea ya que se cumple el requisito de este plan que para regiones ultraperiféricas se establece para pérdidas de más de un 1% del PIB de la comunidad afectada, lo que podría agilizar las ayudas para los vecinos de la zona afectada por este despertar de la naturaleza. Los barrios de El Paraíso, las edificaciones en el Camino del Pastelero y Todoque están declarados actualmente zona de emergencia, y previsiblemente el martes la isla pasará a ser zona catastrófica, como ha adelantado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Hasta entonces, evolución de daños. Los ayuntamientos de La Palma, el Cabildo palmero y el Gobierno de Canarias van a una para tratar de buscar soluciones para los vecinos que lo han perdido todo en el incontenible caminar de la lengua de fuego del volcán. Entre las soluciones, alojamientos turísticos, compra de viviendas vacías y de promoción, casas prefabricadas y los cruceros como recurso de emergencia para el realojamiento provisional de los 6.000 evacuados. El alcalde de Santa Cruz de La Palma, Juan José Cabrera, ha explicado a ABC que ya se ha hecho un llamamiento para la cesión provisional de viviendas vacías. «En apenas unas horas ya teníamos 11 inmuebles de particulares que se prestaron a ponerlos a disposición de los vecinos afectados» y un vecino de la capital «ha cedido de manera gratuita un edificio con cinco viviendas, de forma altruista». Aunque en la capital palmera escasea la vivienda y los terrenos para instalar casas prefabricadas, el alcalde asegura que «no habrá problema con eso, hay terrenos que aunque no sean municipales se podrán disponer para disponer fin». Juan José Cabrera, también concejal de Emergencias, celebra que «la solidaridad es máxima, sin precedentes».
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