El virus va ganando esta maldita guerra porque actúa con las máximas de todo fenómeno expansivo de éxito: simplicidad, globalidad y perseverancia. Los virus, como recuerda Mark Honigsbaum en "El siglo pandémico", no buscan matar sino expandirse: ya son un 37 de cada cien, los españoles que tienen algún infectado en su entorno cercano. Por primera vez en 80 años, la preocupación en España por una cuestión de seguridad es directa, no mediatizada por la televisión. Si algo nos enseña la experiencia de sociedades que han atravesado por grandes crisis y conflictos, es ver cómo el poder político va mermando su capacidad de dibujar una realidad diferente a la que viven los ciudadanos. La cuarta ola del tracking Covid-19 de ABC/GAD3 incluye preguntas para medir los estados de ánimo de la población española, a propuesta del catedrático Eduardo Bericat. A pesar de los niveles de preocupación y tristeza, la población española mantiene una encomiable fortaleza psicológica. En parte, gracias a descubrir que, bajo la apariencia de individualismo y superficialidad, el ser humano es capaz de conmoverse por el prójimo y de cooperar anteponiendo el bien común al interés personal. No es de extrañar que la valoración de la actuación de la sociedad en conjunto siga creciendo. Nunca habíamos tenido una autoimagen social tan positiva. Precisamente por todo ello, esta contienda la ganará la humanidad: porque cuenta con la capacidad de empatizar y de cooperar. Será la primera guerra que ganemos abandonando las trincheras.De España https://ift.tt/2wfF6Hi
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