martes, 28 de abril de 2020

Los Mossos cazan al asesino en serie de los sin techo de Barcelona

Había preocupación y nerviosismo en el área de investigación criminal de los Mossos d’Esquadra, especialmente desde el pasado 18 de abril. En menos de 36 horas habían muerto de forma violenta dos personas sin hogar en el centro de Barcelona. Los dos hombres habían sido agredidos salvajemente en la cabeza con una barra de hierro o un objeto similar. Los investigadores encontraron paralelismos entre ambos sucesos y las pistas apuntaban a que podría tratarse de un asesino en serie que tendría como objetivo a personas sin techo. Los Mossos se pusieron a trabajar a contrarreloj y, aunque no lograron impedir que el homicida volviera a actuar este mismo lunes, al menos pudieron darle caza tras el crimen y conseguir que, por fin, esta fuera su última víctima. Fueron cinco las personas sin hogar que murieron de forma violenta en la capital catalana desde que el pasado 14 de marzo el Gobierno decretó el confinamiento por el coronavirus. Los detalles los dio ayer en rueda de prensa el jefe del área de investigación criminal de los Mossos, el intendente Joan Carles de la Granja. El 19 de marzo se registró un primer crimen. Se cometió en la calle Cerdeña, donde un hombre de 50 años murió de un navajazo. Se relacionó entonces con una pelea y hubo un detenido que finalmente, quedó en libertad. Las pruebas no eran concluyentes. Casi un mes después, el 16 de abril, moría a golpes en la calle Lepanto un joven de 23 años que también dormía entre cartones. Y solamente dos días más tarde otro hombre sin hogar, de 60 años, era asesinado en la céntrica calle Caspe. A diferencia de aquel crimen de marzo, estos dos últimos sí sugerían un «modus operandi» similar, lo que encendió las alarmas en las dependencias policiales. Los dos, además, fueron cometidos en el mismo distrito. La sombra de un asesino en serie que actuaba con una violencia «desmedida, gratuita y sin previo aviso» -en palabras del intendente- comenzaba a asomar. La relación entre ambos crímenes estaba «mucho más clara» que con el primero, aunque no se descarta que los tres fuesen obra del mismo autor. Cazado tras volver a matar Los Mossos recorrieron las calles casi vacías en busca de pistas sobre el supuesto asesino. Las cámaras de seguridad orientaban sobre su identidad y por eso mostraron su retrato a diversas personas sin hogar, a las que recomendaban no dormir solas. En estas labores estaban centrados los investigadores cuando tuvieron noticia de un nuevo crimen que se había cometido sobre las once de la noche del lunes en la calle Rosellón. Muy cerca de la Sagrada Familia, un joven francés de 32 años había sido asesinado. Gracias a la colaboración ciudadana —algunos testigos lo vieron huir— pudieron darle caza. Dos horas después de haber acabado con la vida de su última víctima era detenido el supuesto asesino: un brasileño de 35 años que vivía en una caravana aparcada en la zona boscosa de Las Planas, de Sant Cugat, muy cerca de Barcelona. Los Mossos le atribuyen indiciariamente tres de las muertes violentas, aunque se investiga si tiene relación también con la primera y con una quinta acontecida el pasado domingo: una persona sin hogar que murió en unas barracas de Nou Barrris, supuestamente por un incendio. Los sucesivos asesinatos mantenían en un estado pánico a los sin techo que duermen en las calles de Barcelona. Lo relataba a ABC la Fundación Arrels, la principal organización de ayuda a los sin hogar en la capital catalana. La asociación lamenta que este colectivo vulnerable haya sido «el blanco de una violencia tan bestial», aunque se alegran de que el supuesto asesino haya sido por fin apresado. Por eso, ahora la fundación se centrará en trasladar a los sin hogar un mensaje de tranquilidad, según explicó la coordinadora de voluntariado de la entidad, Paola Contreras. La situación de los sin techo seguirá siendo trágica, más con la pandemia del Covid-19, pero con el supuesto asesino entre rejas podrán respirar un poco más tranquilos. «Pudiera sufrir alguna dificultad mental» La prensa hizo al jefe del área de investigación criminal de los Mossos la pregunta clave: «¿Por qué? ¿Por qué atacaba a personas sin hogar?». De la Granja explicó que los investigadores habían podido hablar con él y pese a que contestó a alguna de sus preguntas -que no trascendieron, la causa está bajo secreto-, comprobaron que mostraba un discurso «incoherente». Podría sufrir, según el intendente, «alguna dificultad mental». Este hombre, de nacionalidad brasileña y de 35 años, vivía en una caravana aparcada en una zona boscosa de Sant Cugat del Vallés, en las afueras de Barcelona. No consta, de momento, que tenga antecedentes por delitos de homicidio o relacionados con personas sin hogar. Hasta ahora en su expediente solo figuraba una detención de la Guardia Civil en Zaragoza por un delito contra el patrimonio. Eso fue hasta ayer, pues a partir de ahora la acusación por tres crímenes pesará también sobre sus espaldas.

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