jueves, 30 de abril de 2020

Trifásico Pedro Sánchez

No se me amohíne, queje, ni frunza el ceño en señal de desaprobación y asco, señor presidente del Gobierno. Si algunos periodistas, pocos frente a tantos que le bailan el agua, criticamos sus decisiones y tantos y tantos ciudadanos se llevan las manos a la cabeza es para hacerle ver que se sigue equivocando. Ya ni siquiera tenemos el consuelo de pensar que acierta cuando rectifica porque tampoco lo consigue. Usted está convencido de que todo lo hace y lo hace bien. Incluso cuando emula a sus colegas venezolanos, Chávez y Maduro, y su “Aló, presidente”. No se fíe del interesado elogio de su camarilla monclovita y le digan que ha estado muy bien. No debe creerles. Es usted plúmbeo, reiterativo, excesivo y cansino. Señor presidente, véase en su última comparecencia y comprobará, si su ego se lo permite, que resultó marciana – por ser martes—y también por lo que dijo. Y por cómo lo dijo. Pregúntele a Iván Redondo y si éste no es un falso redomado, que todo pudiera ser, le dirá que usted estuvo confuso, profuso y difuso. Su explicación de las fases de la desescalada ha dado mucho juego con razón sobrada a humoristas, bromistas, autores de memes, columnistas y contertulios. Por eso, por lo liada que resultó su explicación, es por lo que debería hacerse ver si su propensión a ponerse delante de las cámaras no terminará pasándole factura. Aunque bien pensado y por el bien del país, los mismo debería intervenir todos los días. Si el final del confinamiento, antes de llegar a la nueva normalidad, según consideran los expertos que debe hacerse en cuatro fases lo mejor hubiese sido enumerarlas del uno al cuatro, dado que el cero sigue siendo cero por mucha fase que le endilguen. Pero no. Habida cuenta la propensión gubernamental al jeroglífico cuando no al dédalo, el cero se convirtió en previa o inicial, de modo que el corrimiento hasta las siguientes resultó caótico en la forma y en el fondo. Gracias a la pericia de los colegas de ABC, su capacidad deductiva y de rastreo, los lectores de la edición del miércoles pudieron hacerse una infográfica idea –después de un notable trabajo de exégesis— del desarrollo de las fases y las posibilidades que cada una de ellas ofrecía tanto de pasear, como viajar, poder o no reunirse, tomar una cerveza o encargar una paella. Sí, esta última una alternativa así fue especificada por el presidente en su extensa intervención ante las cámaras. Lo de limitar la capacidad de desplazamiento al ámbito provincial viene a ser otro marciana mas de la trifásica comparecencia de Pedro Sánchez. Resulta chocante que un vecino de Ontinyent, yo mismo, no pueda ir a poblaciones vecinas como Agres o Alfafara, que pertenecen a la provincia de Alicante pero distan menos de quince kilómetros de mi casa, y, sin embargo, puede cruzar toda la provincia y llegar hasta el Rincón de Ademuz, distante casi 220 kilómetros, si como en el caso anterior pretendo proveerme de las buenas manzanas que se producen en unas y otras poblaciones. Si he hecho mención específica de la comarca del Rincón ha sido para poner de manifiesto la imposibilidad física de llegar hasta ella sin incumplir la orden de confinamiento. O que sus naturales puedan salir de los confines de su zona porque también la incumplirían, dado que por fuerza tendrían de transitar por las partes de Teruel o Cuenca que separan y se interponen entre el Rincón de Ademuz y la Comunidad Valenciana. Menos mal que desde el Ministerio de Sanidad y ante el alud de críticas recibidas, se han manifestado abiertos a aceptar la propuesta, por lo demás sensata y del todo lógica, que planteó el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de que fuesen los departamentos de salud los que, como vienen haciendo, informasen del estado de la pandemia y decidiesen la conveniencia del momento en que hacer posible el parcial desconfinamiento y pasar de fase. Trifásico señor presidente: sus medidas anti coronavirus están llenas de gorgojos. Cuando no son test falsos son mascarillas inútiles, prendas protectoras inexistentes, insuficientes gafas, escasos guantes. Se ha comprado tarde y mal, pagándose astronómicas comisiones de cuyos beneficiarios no se quiere dar noticia como lo demuestra el portazo que su gobierno le ha dado al llamado portal de transparencia. Lo de las fases es la penúltima decisión estrambótica. La última estará impresa en el BOE de hoy y en el de mañana aparecerá la correspondiente rectificación, modificación o enmienda. Este Gobierno puede sorprendernos con cualquier iniciativa o propuesta por muy desopilante que pueda parecernos. Todo, menos dotar de los medios mínimamente indispensables para que nuestra clase médica no siga infectándose cuando desarrolla su abnegada labor, ni tampoco decretar el luto nacional cuando ya el número de muertos supera los veinticinco mil. Qué vergüenza, señor presidente.

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