lunes, 27 de abril de 2020

La Audiencia Nacional cerca el patrimonio oculto de Villarejo

«Treinta años haciendo maldades y cobrando y pagando en todos los países del mundo», en palabras del comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo, dan para mucho. El Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional sigue buscando el patrimonio que le supone oculto en el extranjero y la investigación comienza a dar resultados: Las comisiones rogatorias a Panamá y Uruguay han permitido bloquear saldos, sociedades e inmuebles atribuibles a él en persona o a su entorno profesional y familiar. Se estrecha así, el cerco a sus activos. Estas actuaciones se siguen en una línea de investigación instrumental sobre la que se acaba de levantar el velo y de la que bebe el resto de la macrocausa Tándem, que investiga los ilícitos del Villarejo en su doble vida como empresario y funcionario público. Recoge la tramitación de las comisiones rogatorias enviadas por la Audiencia Nacional a media docena de países, aunque hasta la fecha, sólo estas dos parecen haber dado resultado, según el sumario de la pieza al que ha tenido acceso ABC. En concreto, Panamá, cuyas autoridades preguntaron a una docena de bancos de todo el país, ha reportado al juez información sobre la sociedad vinculada al comisario Stanstead Advisors Corp, que abrió cuenta en el banco Banesco en mayo de 2012. A 30 de diciembre de 2017, cuando Villarejo llevaba ya mes y medio en prisión provisional, tenía un saldo de 678.083,65 dólares, que por orden de la Audiencia Nacional han sido bloqueados. Contaba además con dos depósitos a plazo fijo desde noviembre de 2012 que sumaban 275.000 dólares, aunque fueron cancelados en el año 2014. Los firmantes, el socio de Villarejo en sus negocios, Rafael Redondo; y su hijo, José Manuel Villarejo Gil, investigados ambos en el mismo procedimiento. En Panamá se ha identificado además otra sociedad vinculada con el «clan», denominada Dry Town, pero por un fallo en la transcripción y en los números de las cuentas, falta documentación al respecto y la Audiencia Nacional ha tenido que volver a insistir. Sí han informado ya las autoridades de aquel país de los saldos y movimientos de la cuenta de esta mercantil en el Banesco: A junio de 2017 tenía 333.676,05 dólares, que fue transfiriendo a Stanstead hasta quedarse a cero un mes después. También ostentó, como la otra sociedad, un depósito de 150.000 euros que, igualmente, canceló en febrero de 2014. «Conozca a su cliente» Llama la atención que cuando se abrió la cuenta en Banesco, la empleada del banco cumplimentó a mano un apartado del formulario denominado «conozca a su cliente». Las referencias; que eran empresarios españoles del grupo Cenyt -la matriz del emporio de Villarejo-, que el hijo del comisario vivía en Punta del Este, Uruguay, donde tenía en propiedad el hotel de cuatro estrellas «Don Pepe», y que la cuenta, por la que pasarían unos 120.000 dólares al año, sería para «el pago a proveedores». Respecto a Uruguay, la rogatoria localiza dos sociedades por las que preguntaba la Audiencia Nacional, Participaciones Marvila, que después se denominaría Microspermun; y Topy S.A. Sobre la primera, en la que figura como apoderada una hija del comisario, las autoridades uruguayas han dictado un bloqueo cautelar, así como ha embargado tres inmuebles que poseía en la ciudad de Montevideo. De la segunda, pide más información a la Audiencia Nacional, pues no tiene clara la relación con el entramado dado que sus inversiones proceden de mucho antes del año 2010, cuando se sitúa el origen del entramado criminal a efectos de la investigación. Detalla, no obstante, toda una lista de sociedades relacionadas con los investigados, como Pierre SRL, con un volumen medio de ingresos anuales por encima de los 3,4 millones de dólares. Un millón que voló a España Los investigadores sospechan que tiene que haber más, dado que sólo en 2014 se aislaron tres operaciones bancarias por las que salió un millón de euros de Panamá y Uruguay que acabó en las cuentas de las empresas del comisario Villarejo en España. Lo hizo mediante operaciones «cuya complejidad parece de todo punto innecesaria y parece responder, más que a una lógica mercantil, a la finalidad de dificultar la identificación del verdadero origen de los fondos transmitidos», dice uno de los informes policiales que obran en el sumario. Uno de los cargos que se imputan a Villarejo es el de blanqueo. Asimismo, el juez espera contestación de las comisiones rogatorias enviadas a Suiza -que ha pedido más concreción varias veces y sigue sin remitir la información bancaria que se le solicita-, República Dominicana y la Isla de Man (Reino Unido). En este caso, si bien al inicio los investigadores británicos informaron de que no se habían encontrado vínculos entre los investigados y el Royal Bank of Scotland con sede en Man, en febrero de 2019 remitieron un nuevo escrito al juez alertando de nuevos hallazgos que ahora deben desarrollar. Hong Kong está también en el objetivo. 16,7 millones de euros en inmuebles Mientras tanto, la Unidad de Asuntos Internos procesa la ingente documentación relativa al patrimonio que fue intervenida en casa de Villarejo y sus oficinas, pues «pese a permanecer en servicio activo en el Cuerpo Nacional de Policía hasta el 22 de junio de 2016, parece haber contribuido a la creación y mantenimiento de una compleja estructura societaria en España que cuenta con un capital social íntegramente suscrito y desembolsado superior a 20 millones de euros». En este sentido, atendiendo al inventario patrimonial que manejaba el propio comisario, sólo en inmuebles «ocupados por la familia» tenía 6,45 millones de euros y en «alquilados», algo más de 6,72 millones. En su documentación, consignó como «otros» 625.000 euros y «fuera», en relación a los bienes en el extranjero, 2,9 millones de euros. «Y no me han pillado» En total, más de 16,7 sólo en viviendas, locales y plazas de garaje. Y eso, teniendo en cuenta que la policía ha detectado varios casos de operaciones de compraventa de bienes inmuebles en los que al margen del precio estipulado en el contrato y elevado a escritura pública, medió efectivo, como el el Edificio Mirador de la Cala, en Estepona, donde compró varias viviendas por las que se habrían movido de acuerdo a los investigadores, 250.000 euros en negro. Inventariar un capital tan extenso y opaco no es tarea fácil, habida cuenta de que el propio comisario se jactaba en tiempos de lo bien que se le daba ocultarlo. Lo refleja la transcripción de una de las conversaciones que solía grabar a hurtadillas y que se ha incorporado a esta parte del sumario. Corría 2012 y hablaba con Francisco Menéndez, el socio devenido en denunciante que desencadenó la operación Tándem y que le sirvió como intermediario para embolsarse cinco millones de euros del petróleo guineano. Le aleccionaba sobre la importancia de crear una sociedad en cualquier país del mundo para hacerle, por partes, la transferencia de aquel dinero: «Perdona que sea pesado, pero llevo treinta años haciendo maldades y no me han pillado todavía».

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