Sin contaminación y sin empleo

Vivimos en Galicia tiempos contradictorios. Queremos sumarnos a la lucha contra el cambio climático, reducir emisiones a la atmósfera y comprarnos coches eléctricos, pero a la vez también aspiramos a seguir teniendo trabajo. Porque un planeta más limpio visto desde los ojos de la pobreza lo sentimos, pero no es igual de bonito. Por Europa adelante casi todos los países lo están haciendo de ese modo...primero crean la alternativa y después dejan atrás lo contaminante, pero alguien ha decidido que aquí nos tiremos de cabeza a una piscina de agua helada. Con el riesgo de calambre y de que se nos corte la digestión. O ganamos la carrera o acabamos metidos en una bolsa de plástico. Que hay que dejar de quemar carbón en las centrales térmicas lo sabemos desde hace mucho tiempo, pero no es comprensible que haya de hacerse de un día para otro, sin saber a qué se va a dedicar la plantilla de las centrales y sin tener fuentes de energía alternativas con potencial suficiente para seguir siendo referencia en la producción. Lo de As Pontes es de traca: inversiones millonarias para adaptar el complejo a la normativa europea y transportistas metidos a créditos enormes porque se les había dicho que por lo menos tenían una década de faena. Todo para que de repente al Gobierno de turno se le ocurra que tenemos que ser los Greto Thunbergs del panorama internacional y que hay que adelantarse al reto ecológico. Habrá quien diga que debimos anticiparnos y que a estas alturas deberíamos tener previstas ya las alternativas energéticas al carbón o al petróleo, pero lo cierto e s que no es así y las soluciones a los problemas se deben tomar con lo que hay, no con lo que debería haber. Por una imagen de Pedro Sánchez liderando en la Cumbre del Clima los postulados verdes se está poniendo en peligro a gran parte del sector industrial del país. A este paso en muchas comarcas van a ir todos en coche eléctrico a sellar la cartilla del paro. Sin contaminación y sin empleo.

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