El pasado 16 de enero se cumplieron cuatro años del salvaje asesinato de Míriam Vallejo Pulido , que con apenas 25 años perdía la vida a manos de persona o personas desconocidas de 89 puñaladas . Ocurrió en un descampado de Meco, al que salió aquella tarde-noche para pasear a cuatro perros. El 30 de enero, como adelantó ABC, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 5 de Alcalá de Henares, archivó provisionalmente el caso. Ya lo había hecho en septiembre, pero la Audiencia Provincial de Madrid la exhortó a motivar pormenorizadamente ese archivo inicial. Y eso es lo que ha hecho ahora la juez, en un auto de ocho páginas al que ha tenido acceso ABC y en las que en buena parte se centra en 12 minutos clave en el caso , con reproches a la investigación incluidos. En el proceso se ha imputado a dos personas: Sergio S. M., que llegó a estar cuatro meses en prisión provisional y que vivía con su novia, Celia, y la propia víctima; y Alberto B. L., preso drogadicto que en diciembre de 2020 se autoinculpó del crimen ante sus monitores del centro de intoxicación donde le trataban. La juez concluye que no hay pruebas de peso contra ellos para sentarlos en el banquillo y les levanta la condición de investigados. El caso se queda sin sospechosos. La data de la muerte está situada a las 20.52 horas. Fue el momento preciso en que una pareja encontró a Míriam, ensangrentada y con un hilo de vida aún, en el lugar. Un minuto después, llamaron al 112 para pedir ayuda, que envió una UVI a las 20.57, aunque no llegó hasta las 21.37. ¿Qué hacía en ese tiempo Sergio? Se encontraba en el domicilio que compartían en el municipio colindante, Villanueva de la Torre (Guadalajara). El análisis de los teléfonos móviles arrojó, en un primer momento, que el crimen debió de cometerse entre las 20.30 y las 20.53, «aunque posteriormente y de forma específica se delimita» esa horquilla temporal entre las 20.44 y 20.56 horas. El informe de la Guardia Civil determina que en ese intervalo no hay tráfico de datos móviles de Sergio. Pero el entonces investigado mantuvo en esos momentos que tras volver de trabajar se quedó en casa, no salió y fue por Celia, cuando esta volvió al domicilio, que se enteró del crimen. Análisis temporal del móvil El auto afirma que el joven sí que estuvo hablando con su hermano, en las dos ocasiones en que éste le llamó: una entre las 19.59 hasta las 20.34, y la segunda, desde las 20.56 a las 21.06. Es decir, antes y después de los doce minutos de oscuridad en la investigación. Precisamente, durante esa primera conversación, Míriam, que estaba sola en la casa con Sergio, entró donde estaba él para que la ayudara a colocarle los cuatro collares con luces a los perros, pues los estrenarían en ese momento. Y salió a pasearlos a esa zona oscura para comprobar que iluminaban correctamente. Pero se encontró con la prematura muerte. Y eso debió de ocurrir después de las 20.31, cuando Mimi colgó a un amigo, con el que había estado hablando exactamente 20 minutos. Presuntamente, porque el auto detalla que, «cuando acabó la conversación, se encontraba ella ya en la calle». Noticia Relacionada estandar Si Giro en el crimen de Meco: la Audiencia de Madrid anula el archivo provisional del caso Carlos Hidalgo La Sección 30ª rechaza el auto de sobreseimiento de la juez de Instrucción de Alcalá de Henares, que dejaba fuera a los dos investigados y suspendía la investigación del asesinato de Míriam Vallejo hasta la aparición de nuevas pruebas Pero «durante el intervalo de tiempo en que el crimen fue cometido, Sergio mantuvo una conversación por WhatsApp con P. B., de manera fluida entre ambos, destacándose tres intervalos de tiempo: desde las 20.33.42 hasta las 20.41.25; esto es durante 7 minutos y 22 segundos; de las 20.41.49 a las 20.46.12 (4 minutos y 23 segundos); y entre las 20.51.04 y las 21.02.44 (11 minutos y 40 segundos). La Guardia Civil hizo constar que ese minutado no tenía por qué ser el ajustado a la realidad, aportando el análisis del teléfono de P. B.; aunque la juez incide en que se habría podido constatar si se hubiese aportado el mismo chat, del móvil del investigado, que fue clonado pero no se ha incluido en la causa: «Habría resultado relevante la determinación de si Sergio había conservado o no dicha conversación; y en caso de existir, la hora y minutos del envío de los mensajes por su parte P. B. La falta de comprobación de este extremo no permite dudar, por tanto, del tramo horario que obra en el referido chat ante la falta de prueba en el contrario. Por otra parte, las conclusiones en el informe de geolocalización no permiten llegar a conclusión precisa, puesto que los terminales de la víctima y de Sergio se encontraban bajo la cobertura de las mismas antenas dada la proximidad de ambas localizaciones». Es decir, que no se ha podido determinar «con exactitud si en algún momento estuvieron juntos o próximos». Sin tiempo para matarla Pero hay más: según el informe de la compañía telefónica de Sergio, «no hubo conexión de datos interrumpida en ningún momento o al menos se haya dado una explicación lógica por parte del equipo de investigación a esta juzgadora». En resumen, que «el tráfico de datos del móvil determina precisamente que desde las 20.31 horas [momento exacto en que Míriam cuelga a su amigo] hay una conexión de datos y voz de forma ininterrumpida durante la franja horaria en el que el crimen fue cometido». Mimi, a caballo, una de sus pasiones ABC ¿Cómo se traduce todo ello? En que a Sergio no le dio tiempo a matar a Mimi . «Aunque se partiera de la hipótesis sostenida por los investigadores —explica la magistrada—, no sería suficiente para perpetrar el crimen, habida cuenta de la distancia entre domicilio y camino donde se produjo el hallazgo del cadáver. Entre ambos puntos media una distancia de 900 metros». Un dato que considera «relevante para refutar la teoría sobre la autoría» del primer investigado (sobre Alberto, que ni conocía a Míriam, el ADN no concuerda ni hay más indicios que su confesión por WhatsApp). «Al menos se tardarían unos diez minutos en realizar este recorrido a pie sólo en una dirección, de suerte que si se tuviera que realizar el mismo camino de vuelta se tardaría aproximadamente más de 15 minutos yendo de forma directa y sin dar rodeos». A ello, añade, hay que sumar el tiempo «invertido en la comisión del crimen, teniendo en cuenta la resistencia opuesta por la víctima y el número de lesiones por ésta sufridas». Por ello, «no resulta ciertamente compatible con el intervalo de doce minutos indicado por los investigadores como tiempo suficiente para perpetrar el crimen». Como colofón sobre este asunto, critica: «No se ha efectuado una comprobación por parte del grupo de Homicidios del tiempo supuestamente invertido en recorrer el trayecto desde la casa hasta el domicilio a fin de poder determinar la compatibilidad con el intervalo de tiempo indicado». El otro elemento sobre el que pivotaba la acusación sobre Sergio, el ADN , la juez concluye que, «de todas las muestras, se obtuvo mezcla de perfil genético de la víctima y de él en la etiqueta del cuello de la sudadera de Mimi, apareciendo, asimismo, mezclas de perfiles genéticos de la víctima y de Celia en el pantalón de chándal, bragas, calcetines y zapatillas que portaba la víctima el día de los hechos». «Ello corrobora que la víctima y Celia compartían la ropa , puesto que de no ser así no se habría obtenido perfil genético de esta última. Queda descartada la participación en los hechos de Celia. Resulta relevante que no haya aparecido ADN de Sergio Sáez ni en la bufanda que portaba la víctima, supuestamente primer elemento que debió de ser agarrado por el autor de los hechos (junto con la bufanda apareció un mechón con varios pelos de la víctima), ni en el abrigo (segundo elemento que habría sido agarrado por el autor de los hechos para tratar de sostener a la víctima mientras estaba siendo atacada)», especifica el auto. Transferencia de ADN Da por buena la tesis de la defensa, que esgrimió que hubo transferencia de ADN porque los tres moradores de la casa hacían la colada juntos. La ausencia de estos elementos incriminatorios tanto en esas ropas como en el coche de Sergio (entre otros enseres) «motivó el dictado del sobreseimiento de la causa» inicial, de septiembre de 2022. MÁS INFORMACIÓN noticia No noticia No noticia No noticia Si Crimen de Meco, a un paso de quedarse sin juicio Así, «no es posible mantener la incriminación de Sergio de un delito tan grave como el presente, cuya base es únicamente una mezcla de perfil genético en una prenda de la víctima, sin que venga corroborado con otros elementos indiciarios o periféricos como existencia ánimo o motivo que pudiera haberle llevado a la comisión de los hechos, dado que no tenían ningún tipo de enemistad o animadversión entre ellos».
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