Una sentencia de la Audiencia Nacional ha desempolvado el agujero negro que atoraba el sistema antidopaje español. La justicia española dio la razón al ciclista Ibai Salas, que había sido sancionado por presuntas irregularidades en el pasaporte biológico, una cartilla de salud en la que quedan reflejadas las oscilaciones sanguíneas de los deportistas y que puede ser constitutiva de dopaje si las variaciones están fuera de los límites permisibles. Según la resolución, no se respetó la presunción de inocencia del corredor y el pasaporte no determina una posible infracción, sino la probabilidad de consumo de sustancias prohibidas. El asunto generó desánimo en la Agencia Española Antidopaje , donde cundió la consternación y las frases derrotistas, «tirar la toalla», «cerrar la agencia». El director del organismo, José Luis Terreros, asegura a ABC que el antidopaje español tiene un problema de desconocimiento por parte de los jueces. «El resultado adverso en el pasaporte biológico, como tal, por sí solo y conforme a la tipificación infractora en el momento que ocurrieron los hechos no determina la comisión de la infracción, sino la probabilidad del consumo de una sustancia prohibida que debe ser determinada», explica el veredicto. Es decir, el pasaporte está en duda como método de prueba. Según el tribunal, hay que pillar a los dopados con las manos en la masa. Noticias Relacionadas estandar No antidopaje Golpe a la lucha antidopaje: la Audiencia Nacional quita valor al pasaporte biológico Isabel Vega estandar Si Dopaje La cadena de custodia: la puerta que deja escapar los casos de dopaje que llegan al Contencioso Isabel Vega Cunde un cierto desánimo en la CELAD (Agencia Estatal Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte) porque a la procelosa tarea de especialización, investigación, programación de controles y ejecución de una política antidopaje se unen ahora un par de veredictos judiciales que cuestionan los métodos aplicados o el protocolo de acción. Terreros considera que la resolución de la Audiencia Nacional es un retroceso para la lucha contra los tramposos en el deporte español. «Contra nosotros no va la sentencia, no creo que sea así. Se puede considerar que va a favor o en contra de los dopados, pero contra nosotros no. Esta semana estamos analizando las alternativas después de la sentencia y veremos si tenemos una decisión. A ver qué podemos hacer con los pasaportes que tenemos suspendidos, cómo podemos avanzar…». Según el director de la CELAD, las pruebas que emplea el antidopaje español son tan fiables como cualquier otro método que se utiliza en el derecho penal. «No estamos hablando de una realidad paralela respecto al dopaje, sino de una realidad judicial y social. La sentencia de la Audiencia dice que las pruebas tienen que ser irrefutables y que no se puede hablar de probabilidades, pero en cualquier otro caso judicial, existen las huellas dactilares, los análisis de ADN . En la ciencia no existe el cien por cien. En la recopilación de bibliografía que hemos realizado respecto a las pruebas científicas en derecho penal, que es para llevar a gente a la cárcel o incluso a la pena de muerte haya donde existe, el pasaporte biológico cumple con todos los preceptos». Pruebas y ADN José Luis Terreros amplía el abanico de las comparaciones. «A lo mejor el pasaporte biológico es difícil de entender, pero más difícil es comprender los perfiles genéticos u otro tipo de análisis. Están los juicios de paternidad, cuestiones sociales mucho más graves que ésta. Y se aceptan. Tú matas a una persona, en el cuchillo está tu ADN y te declaran culpable. Pero nosotros tenemos que ver cómo el deportista se inyecta o se toma la pastilla, porque si no, no hay pruebas…». Al ciclista Ibai Salas le impuso la agencia antidopaje una sanción de cuatro años y 3.001 euros por las oscilaciones en el perfil sanguíneo de su pasaporte biológico según la ley de 2013 que fue modificada en 2021. Un caso de dopaje, similar al que apartó a Marta Domínguez de la circulación al ser castigada por la Federación Internacional de Atletismo por irregularidades en el pasaporte biológico. En todos los países del entorno español, en la Europa deportiva, de los Países Bajos a Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Bélgica o Portugal solo existe una reglamentación unificada respecto al pasaporte biológico, el que impuso la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en 2008. En ningún otro país, salvo en España, ha habido contradicciones relevantes entre la norma de la AMA y su aplicación a los deportistas que cometen fraude. Agujero negro Eso ha generado un agujero negro en el que han aparecido nuevos resultados adversos (la moderna definición de los positivos de toda la vida) por pasaporte biológico en el deporte español . Según Terreros, hay tres casos, tres expedientes abiertos que no se han resuelto porque se esperaba la sentencia de la Audiencia Nacional sobre el caso Ibai Salas. «Hay tres pasaportes biológicos suspendidos -dice Terreros-. Estamos trabajando con expertos de todo tipo a ver si se puede hacer algo. Y si se puede hacer algo, lo vamos a hacer. No se va a quedar así la cosa». Lo normal, según otras fuentes consultadas, es que los tres expedientes abiertos correspondan a alguno o a algunos de los denominados deportes de riesgo, ciclismo, atletismo y piragüismo . En la CELAD buscan un soporte legal para poder cerrar esos expedientes y no verse envueltos en querellas por resoluciones que no tienen el respaldo de la justicia española. «Ahora no hay ningún vacío legal porque está la ley de 2021 que ha salvado todas estas posibles interpretaciones respecto a la ley de 2013. El análisis de probabilidades que hace el pasaporte biológico es igual a otras pruebas científicas en derecho penal», asegura el director de la CELAD. El veredicto del caso Ibai Salas supuso un fuerte golpe para los especialistas en la lucha contra el dopaje. Pero después del batacazo, aseguran que no desisten. «Me marqué el objetivo de luchar contra el dopaje cuando fui nombrado director -asegura José Luis Terreros-. Yo creo que hacemos bien muchas cosas y las que hacemos mal, las intentamos corregir. La tarea es dura y difícil. Uno viene aquí a otra cosa. Se supone que la justicia de tu país te ayuda, pero bueno, es lo que tenemos. Esta sentencia no ayuda nada. El problema del antidopaje español no está en los jugadores, sino en los árbitros».
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