lunes, 3 de octubre de 2022

Nadal, con cuerda para continuar

«No, no estoy viendo aquí mi despedida», contaba Rafael Nadal tras emocionarse, como medio planeta, con el adiós de Roger Federer. Al suizo lo empujó a despedirse del tenis la rodilla derecha, incapacitada para volver a regresar al nivel al que le hubiera gustado. Una sola lesión después de una trayectoria de más de dos décadas en la que apenas había sufrido ningún otro percance físico. Como su antítesis en la pista y fuera de ella, Nadal, acuciado por los problemas desde que apareció en el planeta tenis. Solo en 2022, una fisura en la costilla, el pie, una rotura en el músculo abdominal... Y aun así, dos Grand Slams (Abierto de Australia y Roland Garros), otros dos títulos (Melbourne y Acapulco), final en Indian Wells, 38 victorias por cinco derrotas, clasificado para la Copa de Maestros y encaramado desde ayer a la segunda posición de la clasificación ATP. Justo por detrás de Carlos Alcaraz , en un hecho histórico para el deporte español pues nunca había habido dos raquetas nacionales liderando el circuito. Desde 2005, primera vez que alcanzó la posición de plata, Nadal no ha salido del top ten. ¿Pensar en la retirada ahora? Por supuesto, le llegará algún día, pero... «Estuve cerca de ese momento este año, durante Roland Garros pensé que quizá fuera mi último torneo. Después de que me arreglé el pie, todo ha sido un cúmulo de malas noticias: me rompí el abdominal en Wimbledon y otra vez en Nueva York, y unas circunstancias personales un poco complicadas, pero no estoy en ese momento ni quiero pensar en ese momento », admitía tras ese último partido con Federer, y también suyo antes de su gira de exhibición por Suramérica con Casper Ruud en noviembre. Asumidos todos los obstáculos que ha padecido su cuerpo en casi veinte años de profesión, estudiados los remedios para que el físico continúe en pie, apoyado en la tecnología médica y en una estructura de hábitos sanos, lleva tiempo apelando a la realidad: hay ya más en el retrovisor que hacia delante. Pero todavía hay retos y ambición, la otra clave para que la carrera se alargue un poco más. Ahí, el recién jubilado Federer ha tenido buena parte de la culpa, pues, junto a Novak Djokovic, ha sabido exprimir al balear para intentar ser mejor que su versión de ayer, mejor que sus dos máximos rivales. Noticias Relacionadas estandar No tenis Los pies, el origen de la elegancia de Federer José Carlos Carabias estandar Si Tenis / La despedida de ROGER FEDERER El reinventor del tenis Laura Marta Ese retarse entre los tres por alcanzar el mayor número de Grand Slams, de finales, de semanas en el número 1 o cualquier otro dato que quieran llevar a otra galaxia es gasolina para la mentalidad de un Nadal que, además, suma esa pasión por el tenis que lo ayuda en el día a día. Para calibrar lo que supone una rivalidad, el ejemplo de Bjorn Borg , retirado con 26 años (11 Grand Slams: 6 Roland Garros, 5 Wimbledon) porque vio cómo John McEnroe, su archienemigo, lo superaba por fin en 1981. No supo encontrar la motivación para insistir en un deporte que se juega con la mano, pero se gana o pierde con la cabeza. Y para entender si el sacrificio diario merece la pena, Ashleigh Barty . Con 25 años, número 1 y tres Grand Slams, decidió que la vida era más que competir en un país distinto cada semana. No está ahí Nadal aún, aunque tiene a final de este mes un punto de inflexión con su paternidad y verá si le sirve de acicate para seguir ganando por él o no. En ese banco junto a Federer ya sabía que llegaría su propio final, pero todavía no seguirá al suizo en ese camino que ha abierto para todos. Por ahora, tiene reactivada la ilusión; las lágrimas, para otros adioses.

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