lunes, 24 de octubre de 2022

Ciudadanos, ante el abismo: «Nadie quiere ser el cadáver dentro del ataúd»

La arena desciende lenta y agónicamente en el reloj de Ciudadano s (Cs). Cada nueva encuesta es un grano que cae sin remedio, a punto de consumir el tiempo de un partido en el que sus integrantes se dividen en dos bandos: la apatía y la resistencia espartana. La VI Asamblea General , que se celebrará los días 13, 14 y 15 de enero , será la de la refundación . Última bala de una formación que se juega la vida en las elecciones municipales y autonómicas de mayo. La crisis la arrastra desde noviembre del 2019, con la abrupta caída de 57 a diez diputados en aquellos comicios. Pero con Inés Arrimadas al mando, la enfermedad del liberalismo en España se ha cronificado y extendido a órganos vitales: pérdida de los cuatro gobiernos autonómicos logrados con Albert Rivera (Murcia, Madrid, Castilla y León y Andalucía); desaparición de la Asamblea de Madrid y del Parlamento andaluz ; y batacazo en su cuna, la Cataluña de la histórica victoria en 2017. En pleno proceso de refundación, un «parche» para unos, una última oportunidad de redención para otros, los sondeos martillean dramáticamente las esperanzas de Cs. Cero escaños, cero escaños, cero escaños. El último barómetro de GAD3 para ABC , de septiembre, sitúa al partido en un 1,3 por ciento de intención de voto. Cero escaños. El del Centro de Investigaciones Sociológicas ( CIS ), publicado la semana pasada, lo eleva a un 2,7 por ciento. Noticia Relacionada estandar Si Vox, entre el goteo de salidas y el «aquí no pasa nada» ABC La dimisión de su candidato en Galicia es el último ejemplo de un reguero de tensiones internas en las regiones Los datos de valoración de líderes tampoco son halagüeños. Según GAD3, Arrimadas es la menos valorada por sus propios votantes con un aprobado raspado: 5,1. Peor le va a la presidenta de Cs en el CIS , al ser la única que suspende entre su propio electorado: 4,99. Tampoco le llegan buenas noticias desde Cataluña, donde las últimas encuestas sitúan a Cs fuera del Parlament con un PP en claro ascenso. Pendientes de su líder En este contexto, todas las miradas de Cs se dirigen con disimulo a Arrimadas, quien aún no ha desvelado si tiene o no intención de presentarse a su reelección. El sector crítico Somos Cs trató de promover una moción de censura contra su dirección –los estatutos contemplan esta posibilidad si se reúne la firma de un tercio de los afiliados–, pero el dato de militantes, un misterio, ni siquiera se conoce. Arrimadas dijo desde el principio, desde que anunció la refundación como respuesta a la pérdida de representación en Andalucía , que iba a someter su liderazgo a refrendo de las bases. Pero ni entonces ni tras la convocatoria de la Asamblea General, reclamada por los críticos, ha aclarado si será candidata en las primarias o dará un paso a un lado. Desde su equipo remarcan que lo anunciará «en tiempo y forma». Escenarios de la líder La vida sigue igual La primera opción de Inés Arrimadas, que varios miembros del partido dan por hecha, pasa por presentarse a las primarias para ser reelegida y encabezar el Cs posrefundación. Paso atrás y nuevo liderazgo Casi nadie contempla esta opción, pero hay miembros del Comité Ejecutivo que piden que aclare ya si piensa dar un paso a un lado para que, si es así, quienes quieran optar a sucederla tengan tiempo para prepararse en condiciones. ¿Una bicefalia? Algún dirigente desliza en privado la posibilidad de virar hacia un modelo como el del PNV, con Arrimadas de líder política y portavoz en el Congreso y un responsable diferente al frente del peso orgánico de Cs. Otras fuentes sospechan, de hecho, de la existencia de un «pacto» en ese sentido. Un dirigente de peso en el partido, en conversación con este diario, señala que solo de ella depende esa decisión, pero ve distintos escenarios posibles: que se presente, que renuncie y abra la puerta a un nuevo líder o que asuma un nuevo modelo de partido con una bicefalia. Esto último, al estilo PNV , permitiría a Arrimadas ser la líder política y la voz del partido en el Congreso mientras otro asume el peso orgánico. Lo que nadie contempla es un escenario en el que Arrimadas se presente y se enfrente a un rival de peso , como sucedió en 2020 con Francisco Igea . «Presentarse es ir a liderar algo que está muerto, nadie quiere ir a un funeral siendo el cadáver dentro del ataúd», señala un miembro del Comité Ejecutivo , que asegura que el «pesimismo» ha dado paso al «abatimiento». «Está deshojando la margarita», comenta otra fuente, crítica con la «incertidumbre» que genera al no comunicar si desea seguir al frente. «Si se va, que lo diga para que quien quiera pueda preparar bien su candidatura», añade. Qué hará solo lo sabe ella. En el partido hay quien da por hecho que seguirá y quien la ve sumida en la duda. Primera bandera El liderazgo es solo uno de los quebraderos de cabeza de Cs, que aún debe aterrizar la refundación. A su alrededor sigue habiendo gran secretismo, aunque el partido celebrará este jueves su primer gran acto, centrado en sus propuestas sobre las pensiones . Precisamente, la intervención de Arrimadas en el Congreso denunciando su insostenibilidad, aplaudida por la CEOE , ha servido a muchos de asidero. Fuentes del equipo para la refundación subrayan que esta no debe entenderse como una cuestión meramente orgánica –«el partido está en la UCI», admiten–, sino de todo un espacio electoral. Lo más importante, de aquí a enero, es dar con banderas propias que generen revuelo en la opinión pública. Las pensiones son el primer ejemplo, pero «no el más importante». «Hemos marcado agenda por primera vez en siglos», reivindican en el equipo para la refundación, desde el que varias voces piden paciencia. Habrá que esperar hasta pasada la Asamblea General, dicen, para que se constaten avances en los sondeos. Respecto al papel de Arrimadas, también ha habido momentos de incomprensión. «Estuvo dos semanas sin aparecer en ningún medio y de pronto está enchufadísima». En el grupo parlamentario en el Congreso, los ocho diputados dicen estar «a muerte» con ella «haga lo que haga». De reojo se mira a mayo, a unas elecciones en las que distintas fuentes temen que el partido tenga problemas para elaborar las listas. «La gente está buscando acomodo fuera», dice un cargo público, que cree que hay sitios donde Cs no se podrá presentar. Desde los territorios, se avisa también: «No tenemos espacio para la bronca interna».

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