El Madrid se pone en negativo

PESTAÑA madrid-olympiacos-j3-euroliga-22/23 Crónica 4 El Madrid cayó ante el Olympiacos griego tras un partido de toma y daca, un intercambio constante de canastas en el que los visitantes estuvieron más acertados en las últimas posesiones del duelo. Vezenkov y Slaukas pudieron con Llull , que remó y remó pero no fue capaz de evitar la segunda derrota en tres partidos de los blancos en la Euroliga. Mucha igualdad en los primeros minutos, como no se podía esperar en un duelo entre dos de los máximos favoritos a hacerse con la Euroliga esta temporada. El Madrid comenzó a crecer desde la conexión Chacho-Tavares , algo fría en el inicio de temporada y que sin embargo, dio sus primeros frutos contra el Olympiacos. Los griegos, pese a todo, no se amilanaron y gracias al gran acierto del búlgaro Vezenkov y del estadounidense Walkup hicieron tragar saliva al WiZink. Yabusele , para calmar las aguas, se descorchó en el aparatado anotador y cerró el primer cuarto con 8 puntos. Musa , que salió desde el banquillo, cogió el relevo a sus compañeros y sumó seis puntos casi de manera consecutiva. Al bosnio se sumó el francés Cornelie , muy entonado el de Calais en los últimos partidos desde la línea de tres, y los de Chus Mateo cavaron una zanja en el marcador, aunque no muy amplia, pues Vezenkov seguía martilleando el aro madridista. El intercambio de canastas fue feroz, infinito a veces. Musa y Vezenkov fueron capitanes en la batalla, impresionantes actuaciones de ambos en cuanto a liderazgo cuando el balón más quemaba. Ni españoles ni griegos desfallecían mientras el WiZink dudaba si sufrir o deleitarse con el partido. Llull dio algo de aire a sus aficionados al meter dos de sus clásicos triples ilógicos, pero el partido, salvo sorpresa, parecía que se decidiría en su último acto. En el abismo, tras unos últimos minutos repletos de choques, revisiones y escaso espacio para el libre albedrío, el Olympiacos dio lo mejor de sí. Pura decisión los griegos, que, guiados por la veteranía de Sloukas , querían más que nadie llevarse la victoria de Madrid. Solo Llull mantenía a los suyos a flote con puntos y más puntos. En la última jugada, con el Madrid dos abajo, Tavares falló un gancho y, la victoria, voló hacia Grecia.

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