No hay día sin polémica en el deporte nacional, inmerso casi de manera constante en el conflicto. Esta vez ha sido la distinta interpretación de la orden ministerial que rige las elecciones para presidir un deporte lo que ha enfrentado al Consejo Superior de Deportes (CSD) con un buen número de federaciones que preferían una prórroga para que los comicios se celebraran el próximo año y no comprometer la preparación de los Juegos. El problema surge por la interpretación que el CSD hace de la norma que obliga a que las elecciones para elegir las asambleas generales, presidentes y comisiones delegadas de cada federación sean cada cuatro años y coincidiendo con los Juegos Olímpicos. Al haberse aplazado la cita de Tokio 2020, el organismo presidido por Irene Lozano ha tenido que priorizar uno de los dos condicionantes y ha decidido que prevalezca el temporal, obligando a las federaciones a renovar sus cargos antes de que termine el año. Un problema, pues a la incertidumbre que provoca la situación actual se une la que genera en los deportistas, que podrían ver comprometida su participación si hay cambios dentro de la federación a solo unos meses del inicio de los Juegos. «Nosotros hemos sido muy tajantes en este sentido, porque creemos que el condicionante más democrático es el de los cuatro años. No queremos que nadie se aferre al cargo por una circunstancia excepcional y por eso la presidenta no ha dado opción a que se abra el debate sobre una posible prórroga», explican a ABC desde dentro del propio CSD. Fue la propia Lozano la que comunicó su decisión a los presidentes en la reunión mantenida hace unos días. Allí, muchos alzaron la voz, explicando los problemas que podrían derivarse de la convocatoria electoral en un año olímpico. «Hubiera sido mejor hacerlo después de los Juegos por un tema deportivo y coyuntural. Las elecciones nos van a pillar en pleno lanzamiento de la temporada olímpica y con el foco del deporte mirando hacia lo que está pasando. En cualquier caso, nos adaptaremos, porque la presidenta ha sido muy clara y tenemos que remar todos en la misma dirección», detalla a ABC Fernando Carpena, presidente de la federación de natación. Para él, hay varios problemas que se derivan de la celebración de los comicios a finales de este año. El que más le preocupa es el del censo, pues muchos de los posibles integrantes van a perder su condición de electores por no poder cumplir con las exigencias de la orden ministerial. Carpena cree que el CSD debería hacer una aclaración al respecto, pues de lo contrario pueden producirse irregularidades que deriven en impugnaciones en alguno de los procesos. También hace referencia a las elecciones en las federaciones autonómicas, paradas estos días por culpa del estado de alarma, y que podrían solaparse de alguna manera con las de las federaciones nacionales. Otro punto de conflicto más. «En mi opinión, la solución hubiera sido aplazar las elecciones al año que viene para garantizar la estabilidad en la preparación de los Juegos y aprovechar los últimos meses de 2020 para celebrar los comicios en las autonómicas para que no se solapen», apunta Javier Hernanz, deportista y aspirante a presidir el piragüismo español. El asturiano sabe bien lo importante que es esa estabilidad para un atleta que busca llegar a los Juegos. Cualquier cambio, por mínimo que sea, puede trastocar una clasificación. De hecho, habrá muchos técnicos que no puedan continuar con su labor más allá del 30 de agosto, fecha de finalización de sus contratos, que no pueden ser renovados ya que el código de buen gobierno instaurado por el CSD impide a un presidente alargar la vinculación de ningún trabajador externo más allá de su mandato. Hernanz, olímpico en Atenas 2004 y Río 2016, sabe lo complicado que es para un atleta llegar hasta ahí. «No podemos jugar con eso. Los deportistas se pasan cuatro años –que serán cinco esta vez– dedicándose en cuerpo y alma a un objetivo que no puede truncarse por un asunto que es ajeno a ellos», señala contrariado acerca de un problema que ha vuelto a enfrentar al deporte español y que mantiene en pie de guerra a muchas federaciones con el CSD. Los problemas de las elecciones en 2020 Inestabilidad y posible rebrote: Las federaciones consultadas al respecto reconocen que será muy complicado poner en marcha el proceso electoral en medio de la incertidumbre médica que atraviesa el país. Además, temen que cuando lo hagan, además de asumir una campaña electoral extraña por la falta de movilidad, pueda surgir un rebrote que paralice de nuevo al país y deje a las federaciones en un vacío legal. Autonómicas y nacionales, a la vez: Antes de llevarse a cabo las elecciones en las federaciones nacionales, tienen que resolverse las autonómicas, actualmente paradas por el estado de alarma. Corre el peligro de que unas se solapen con las otras y de que eso influya en el proceso. Además, está el problema del censo, que quedará recortado en muchos casos por la falta de actividad competitiva en muchos deportes. Posibles cambios camino de los Juegos: Al hacerse las elecciones un año antes de Tokio 2020, cualquier cambio en la estructura técnica y deportiva de las federaciones –habituales cuando entra un nuevo equipo de gobierno o al finalizar un mandato– podría derivar en un problema de estabilidad para los deportistas, que han hecho todo el camino con un mismo equipo y que se verían ahora obligados a cambiar.
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