
Siete minutos en lancha separan Fisher Island del populoso y dinámico Miami Beach. Pero en lo que se refiere a sanidad y medidas para contener la pandemia media entre ellos un abismo. Mientras en el sur de Florida los test de coronavirus siguen siendo un codiciado objeto de deseo, en Fisher Island no hay ni un ciudadano sin él. Un ejemplo de cómo la élite resiste al coronavirus de forma diferente al resto del mundo. Esta isla privada, a la que solo se puede acceder por vía marítima o aérea, figura según Bloomberg como el código postal más rico de los EE.UU. y las 800 familias que residen allí no tienen problemas para acceder al test. Se han invertido 30.600...
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