La escasez de papel higiénico en Estados Unidos ligada a la crisis del coronavirus ha llevado a sus ciudadanos a buscar otras alternativas para mantener su higiene íntima y parece que el bidé, prácticamente en peligro de extinción, ha sido la solución.
En la primera semana de marzo, "vimos que las ventas comenzaron a duplicar lo que habían sido el mes anterior", ha señalado Jason Ojalvo, CEO de Tushy, una compañía de bidet fundada en 2015, en The Guardian. "Luego, dos días después, triplicaron lo que suelen ser, y de repente fue 10 veces más de lo que son las ventas normales. Unos días más tarde alcanzó un máximo de ventas de un millón de dólares por día".
El estado de confinamiento en los hogares por el coronavirus ha hecho que las casas demanden más papel higiénico de lo habitual hasta el punto de que ya es un bien escaso en los supermercados. El bidé, por su parte, se ha convertido en una especie de "salvavidas pandémico".
Este elemento no ha sido nunca muy popular en Estados Unidos, que veían con cierta sorna su utilización en los países europeos. Ahora, desde Italia, por ejemplo, ven con bastante sorpresa la situación norteamericana puesto que este vecino europeo el bidé es uno de los imprescindibles en los baños de los hogares.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya trabaja en la reapertura de la economía del país, aunque no tiene un calendario fijado aún. Hace solo unos días presentó su plan de "reapertura" económica y social poscoronavirus para Estados Unidos por fases y zonas, pero sin fechas.
El mandatario dejó en manos de los gobernadores de los estados la decisión de cuándo adherirse al plan de reapertura, aunque dejó claro que los que cumplan con los requisitos y así lo deseen podrán hacerlo ya. Trump, de hecho, aseguró que 29 de los 50 estados del país están en condiciones de iniciar la reapertura
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