jueves, 9 de abril de 2020

Indignación en el PP con la intervención «infame» de Adriana Lastra en el Congreso

Pablo Casado llegó ayer al Congreso con otro «sí» al Gobierno de la Nación en un momento muy delicado para los españoles, cuando la cifra de fallecidos por el coronavirus supera ya los 15.000. El líder del PP apoyó la nueva prórroga del estado de alarma por «responsabilidad», y a pesar del ninguneo constante al que le somete Pedro Sánchez. A los populares les pide el cuerpo romper de una vez por todas con Sánchez, pero se tragan sus impulsos porque consideran que en este momento tienen que estar ahí, arrimando el hombro, aunque critiquen lo que consideran que es una mala gestión de la crisis. Pese a ese apoyo, hasta ahora incondicional, Sánchez sigue castigando al PP con su indiferencia. Se limita a llamar al jefe de la oposición cada diez o doce días para informarle de su intención de prorrogar el estado de alarma, pero ni le informa de otras medidas ni mucho menos le consulta sobre ellas. En esa situación, la oferta de un acuerdo de Estado, que desde el Gobierno han bautizado pomposamente como «pactos de la Moncloa», fue recibida con enorme desconfianza por parte del PP. Por si quedaba alguna duda en Génova de las intenciones reales de Sánchez, ayer vieron con claridad que su objetivo no es lograr un acuerdo con los populares, sino «eludir su responsabilidad» en esta crisis. El discurso de la portavoz socialista, Adriana Lastra, fue calificado de «infame» en el entorno de Casado. Quince minutos de ataques y acusaciones contra el PP, sin concesiones. «Lastra boicotea los Pactos de la Moncloa de Sánchez», escribió Cayetana Álvarez de Toledo en Twitter. También el vicesecretario del PP Antonio González Terol subrayó: "Lastra vuela por los aires en 15 minutos los Pactos de la Moncloa de Sánchez. Al menos ella, no finge como su jefe. Está claro, no quieren ningún pacto". «Toda España ha visto que han querido volar todos los puentes con el partido que lidera la oposición. La responsabilidad es exclusivamente suya», sentenciaron fuentes populares. Casado constató que Sánchez no quiere ningún pacto con él. Su objetivo sería otro. En el PP creen que el presidente del Gobierno, con su propuesta, busca una manera de escapar de sus responsabilidades y recabar apoyos, cuando parte de sus socios le han abandonado, y de paso poner en cuestión pilares básicos del modelo económico, junto a su aliado de Gobierno, Podemos. La agresividad parlamentaria del PSOE hacia el PP fue tan evidente que Casado lanzó esta pregunta a Sánchez en su turno de réplica: «¿Quiere usted que el Grupo Popular apruebe el estado de alarma? Es que cualquiera que haya oído su intervención, a juzgar por los insultos y las difamaciones que ha vertido sobre nosotros usted y su portavoz, puede pensar que está deseando no hacerlo». «Arrogancia» El PP decidió mantener su voto afirmativo a la prórroga del estado de alarma por «lealtad institucional», aunque Casado avisó a Sánchez de que ahora tiene quince días para rectificar su gestión, que definió con tres palabras: «Mentiras, arrogancia e incompetencia». «Un cóctel explosivo para España», apuntó. En su discurso exigió al presidente del Gobierno que «diga la verdad», sobre todo respecto al número de fallecidos, «le cueste lo que le cueste». En Génova dudan de que Sánchez vaya a llamar a Casado la próxima semana, después de lo que se escuchó ayer en el Pleno. Pero si lo hace, como anunció el presidente, para proponer una reunión, el líder del PP se pensará si acude o no. De momento no lo tiene nada claro. «Usted ha demostrado que no merece el apoyo de la oposición», advirtió.

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