Su controvertida historia de amor llegó a poner en jaque a la Familia Real británica, pero, tras 15 años casada con el Príncipe Carlos de Inglaterra, futuro heredero al trono, su mujer, Camila de Cornualles, se ha convertido en un miembro importante y querido de la Corona, a pesar de mantenerse siempre en un discreto segundo plano. «Su imagen se ha transformado, un cambio de imagen cuidadosamente administrado, y han hecho un trabajo fantástico rehabilitando su reputación», dijo Roddi Vaughan-Thomas, ejecutivo de relaciones públicas de OBS Communications, a la NBC en 2017. Cuando salió a la luz la noticia de la aventura del Príncipe Carlos y Camila Parker-Bowles, la opinión pública era muy reacia a su presencia en la Familia Real británica. Su historia de amor estuvo salpicada por la polémica: escándalos, peleas y supuestas infidelidades que fueron enterradas por la pareja el 9 de abril de 2005, cuando se dieron el «sí, quiero». La suya fue una boda «sin artificios». Ambos rozaban ya los 60 años en el momento de contraer matrimonio y su enlace, que tantos quebraderos de cabeza trajo a la Reina Isabel II, distó mucho de las ceremonias tradicionales celebradas en el seno de la Familia Real británica. Tuvo lugar en el Ayuntamiento de Windsor y, tras la ceremonia civil, se celebró una misa oficiada por el arzobispo de Canterbury. El broche de oro a tres décadas de amor y de idas y venidas y marcada, por supuesto, por el primer matrimonio del heredero con Diana de Gales, el «ojito derecho» de la ciudadanía. Carlos y Camila se conocieron en 1971 pero a pesar de su indiscutible sintonía, pusieron fin a su relación en 1973, cuando el Príncipe se alistó en la Marina Real británica. Ella, por su parte, decidió en ese mismo año casarse con su expareja, el militar Andrew Parker-Bowles, padre de sus dos hijos. Por su parte, en 1980, Carlos y Lady Di, hermana de Lady Sarah Spencer, una de sus 'pretendientas', comenzaron su relación. No tenían prisa por casarse, pero las habladurías habrían propiciado una petición de matrimonio para la que no se sentían preparados, tal y como desveló hace unos años Sally Bedell Smith, autora de la biografía de Carlos. Su matrimonio con dos hijos, los Príncipes Guillermo y Harry, se proyectaba como perfecto de cara al mundo, pero finalmente la publicación de unas conversaciones subidas de tono entre Camila y Carlos terminaron por dinamitar su relación, ya de por si deteriorada, y dando comienzo al «annus horribilis» de la Reina Isabel II. Tras el divorcio y la trágica muerte de Diana en 1997, la pareja comenzó a dejarse ver en público apenas dos años después. Y, a pesar de la gran oposición de la población y parte de la familia, el apoyo y aceptación de los hijos del Príncipe Carlos fue fundamental en la consolidación de esta auténtica aunque atípica historia de amor.
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