Ni escape de gas ni una tubería pinchada por accidente. El incendio desatado el jueves en las obras de un local comercial de Alcorcón fue originado por el chispazo de una radial sobre el suelo de poliespán (poliestireno estirado), un aislante de plástico altamente inflamable que días atrás se había almacenado para su posterior colocación. Por si fuera poco, los equipos de emergencia encontraron los restos de un bidón con un líquido de rápida combustión, lo que hizo imposible su extinción antes de que este se propagara por todo el espacio. Fue esta fatal combinación la que originó una densa nube negra de humo hacia las plantas superiores, que acabó por costarle la vida a Darío, un niño de 5 años , encontrado junto a su madre, de 30, y su hermano pequeño, un bebé de tan solo nueve meses, en el descansillo del tercero donde residían. Los sanitarios del Summa 112 desplazados lograron revertir las paradas cardiorrespiratorias en las que se encontraban la progenitora y el más pequeño de la familia, y los trasladaron estables al hospital de Getafe y La Paz, respectivamente. Otros ocho vecinos también fueron conducidos a diferentes centros hospitalarios por inhalación de humo, todos con pronóstico moderado, y más de una decena resultaron afectados de carácter leve. La urbanización, ubicada en el número 45 de la calle de Oslo, consta de siete portales, de los cuales el 1, 2 y 3 fueron totalmente desalojados. Y al menos hasta el mediodía de ayer no tenían conocimiento alguno de cuándo podrían regresar. He aquí la crónica de una tragedia que nadie en la urbanización termina de entender. Noticia Relacionada estandar No Un perro y varios gatos domésticos, las otras víctimas del trágico fuego en un local comercial de Alcorcón Aitor Santos Moya Algunos vecinos se vieron atrapados en la escalera y no pudieron salvar a sus mascotas Las manecillas del reloj apenas pasan de las 19 horas cuando las chispas de la radial caen sobre el poliespán. Los operarios tratan de apagar las llamas, pero la rápida propagación en un local de obra tapiado en su totalidad impide su extinción. El humo comienza a acumularse en el interior y rápidamente sube por los conductos . «Empezamos a notar algo raro, un olor tóxico que se colaba por las rendijas de las ventanas», comentaban dos residentes del portal contiguo. El estupor inicial en los pisos superiores contrasta con el infierno formado a pie de calle, abandonado por los obreros y a la espera de la llegada de los bomberos. La Policía marca algunos bidones encontrados en el epicentro del fuego TANIA SIEIRA «Estoy viendo mi serie de Netflix y empiezo a ver que se cuela el humo», apuntaba otro afectado, antes de asomarse a la ventana y darse cuenta de la gravedad de lo ocurrido. Parte de los residentes salen con los puesto; otros, en cambio, se quedan en tierra de nadie. Salen al rellano pero no consiguen bajar las escaleras, tampoco subirlas: La nube negra, para entonces, invade todas las zonas comunes. En ese sentido, se investiga si los canales de aire del edificio no estaban compartimentados, lo que explicaría el hecho de que los gases se colaran en las viviendas por las salidas de aire acondicionado, los enchufes o puntos de luz o cuadros eléctricos. A su llegada, los bomberos de Alcorcón se afanan en rescatar primero a los vecinos del portal 3, justo encima del local incendiado. Es el padre del menor fallecido el que advierte a los efectivos de que en el tercero están su mujer y dos hijos. «Creo que incluso les llegó a dar la llave», señalaba un testigo. Pero antes de alcanzar la puerta, estos se topan con una mujer y los dos niños tendidos en el suelo , por lo que son evacuados. La madre continúa grave, mientras el bebé mantiene un pronóstico reservado. La extensión del fuego fue tal que los restos de humo negro eran visibles ayer hasta en los buzones exteriores de la urbanización. Las casas comenzaron a entregarse hace once meses y son de precio limitado , destinadas a personas menores de 35 años. Dado el corto tiempo de convivencia vecinal, pocos eran los que conocían, más allá de «hola» y «adiós», a la familia golpeada. El padre, de origen extremeño, solía jugar en la pista de pádel de la finca. Un lugar desde el que puede contemplarse todas las terrazas interiores. Muchos vecinos se refugiaron en ellas, pero no así su familia, ya que justo su piso carecía de la misma.
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viernes, 7 de octubre de 2022
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