Solitario, sentado en una silla del pabellón, Rudy Fernández lloraba de emoción nada más acabar el partido ante Finlandia . Sus lágrimas de felicidad eran las de toda España. Las del vestuario entero. El que está rendido a su capitán, líder absoluto de un conjunto que camina firme hacia las medallas cuando nadie –quizá ni ellos mismos– pensaba que pudiera llegar hasta aquí. Fueron sus compañeros los que le arrancaron de su soledad, pero el alero no podía ni moverse, incapaz de celebrar junto al resto una victoria que era histórica. Dolorido, se unió a duras penas al corrillo formado en el centro de la pista. Demasiadas emociones. Demasiadas heridas. Camino del vestuario, los ojos de Rudy volvieron a empañarse ante los micrófonos. «Antes de venir aquí dije que yo confiaba en este equipo. Es un momento para recordar. Ha sido un año duro para mí, sé que mi padre –falleció en mayo pasado– está disfrutando mucho porque me ve desde ahí arriba», señaló el capitán entre lágrimas , al tiempo que reconocía que había tenido que echar una bronca en el descanso para activar a sus compañeros. « Le estaba escuchando y me parecía que hasta se estaba pasando con el tono », explicaba tras el partido un Sergio Scariolo encantado con su capitán. «Después de lo que ha dicho, yo no he tenido que levantar la voz ni un decibelio. El impacto emocional que hacía falta en ese momento ya lo había conseguido él». Lo que pasó en el vestuario provocó una metamorfosis total en la pista. Principio de una remontada épica que desembocó en una nueva semifinal para España. « Nos ha venido muy bien la bronca de Rudy. Creo que él, por la confianza que tiene en nosotros, sabía que podíamos hacerlo mejor. Hemos salido nerviosos y nos ha costado, pero gracias a él hemos espabilado y hemos vuelto a divertirnos en la cancha. A ser nosotros mismos», afirmaba Willy Hernangómez . Su hermano Juancho, iba más allá, refiriéndose al balón salvado en la banda por el balear, que terminó estrellándose contra las sillas a pie de pista. «Solo con ver las acciones que hace nos da motivo para seguir, luchar más y creer. Es nuestro ejemplo a seguir. Uno de los grandes de toda la historia». Noticia Relacionada Baloncesto / Eurobasket estandar No España escapa de los lobos y se mete en semifinales Emilio V. Escudero La selección remonta quince puntos ante Finlandia en una segunda mitad mágica y mantiene vivo el sueño de las medallas (100-90) El ejemplo del capitán está resultando fundamental para los jóvenes en este campeonato. Rudy, que solo se ha perdido una gran cita con España desde que debutó en los Juegos 2004, acumula ya 16 torneos con la selección y diez medallas . Solo una menos que Pau Gasol, cuyo récord corre peligro. También el de Juan Carlos Navarro –253 partidos con España–, al que Rudy tiene ya a tiro de piedra como el internacional con más partidos (acabará este Eurobasket con 247). «Está jugando el mejor campeonato de su vida. Está disfrutando y su papel en este equipo es muy distinto al que ha tenido nunca. Le duele todo, pero nada le da miedo. Va al suelo a por un balón como si tuviera 18 años . Liderando con el ejemplo», señalaba ayer Scariolo, que hace unos días también tenía palabras de cariño para él. «Él siempre ha sido uno de los líderes, pero en la sombra, porque estaban Pau, Marc o Ricky... Ahora es el único que queda y él ha sentido que tenía que asumir ese rol. Es el enlace entre lo que ya no existe más, el pasado más glorioso, y este equipo que está empezando a crecer. Es el encargado de transmitir el legado a los jóvenes y demostrar lo que significa llevar esta camiseta».
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