El socavón tardará casi un mes en desaparecer. Es la única huella visible de la inundación que colapsó el jueves la M-30 , de la tromba de agua que escupió una tubería rota y manchó de lodo el sur de Madrid. Una máquina se afanaba ayer en limpiar ese agujero precintado, en la desembocadura de la calle de Antonio Leyva en la glorieta del Marqués de Vadillo, el punto atravesado por una cañería construida en 1961. El Canal de Isabel II cambiará ahora el tramo dañado, de fundición gris y 50 metros de largo, que no se ha reparado en sus 61 años de vida y que reventó el jueves de madrugada. Los trabajos durarán entre tres y cuatro semanas, informan fuentes de la empresa pública, que insisten en que la tubería «estaba renovada en su totalidad, salvo esos 50 metros». Ese segmento de 500 milímetros de diámetro que cedió a las 2.20 de la mañana del jueves y vertió un total de 6 millones de litros de agua clorada a la superficie . Desde el Canal de Isabel II sostienen que la lluvia «no» es la culpable, que la rotura «fue fortuita y pudo haber influido la antigüedad del material». La reparación del tubo ya ha arrancado. También la de los vecinos de la colindante calle de Antonio López , donde miles de litros de agua corrieron por el asfalto y anegaron locales enteros. Xu ha perdido una nevera y un grifo de cerveza bajo la barra de su bar. Natalia guarda bolsas y bolsas de prendas empapadas en el almacén de su bazar. Eduardo no puede arrancar su coche, inutilizado por el río que empantanó un aparcamiento de residentes. Son solo algunos de las decenas de afectados que ayer por la mañana todavía contabilizaban desperfectos y gestionaban trámites con las aseguradoras. Noticia Relacionada estandar No El descalabro de la tubería de la M-30: 60 coches inundados, electrodomésticos rotos y género perdido Cris de Quiroga La tromba de agua ha dejado decenas de afectados en la calle de Antonio López, que este viernes todavía limpiaban y gestionaban los trámites con las aseguradoras «Buenos días, es aquí donde venden coches baratos, ¿no?», bromeaba al mediodía un vecino en el número 15 de la calle de Antonio López, donde reinaba el ajetreo de las grúas que remolcaban coches enfangados . En el acceso al aparcamiento, una empinada rampa que invitó al agua a bajar hasta la cuarta planta, se congregaban los residentes, enfadados y preocupados por la suerte de sus vehículos. «Usted tiene que dar el parte a su compañía de seguros, y todos los datos, y también al del Canal de Isabel II a través de un correo electrónico. Si usted quiere, puede sacar el coche con una grúa, no hace falta esperar al perito», explicaba una y otra vez el administrador de la finca, Carlos Hernando. Horas para achicar el agua Los bomberos tardaron 15 horas, con cuatro bombas y ocho mangueras, en achicar el agua del aparcamiento. Del millar de plazas, unas 200 se sumergieron varios centímetros y 60 coches sufrieron los peores daños . El Skoda Karoq blanco de Angelines Salamanca, de 75 años, estaba ayer empapado. «El coche no tenía ni dos años, lo usábamos para llevar a los nietos al colegio y poco más», cuenta la mujer, y enseña el motor mojado. «Te dejas los ahorros pensando que no te vas a comprar más coches y ahora a ver si nos sobrevive», lamentaba. Noticia Relacionada estandar No Más de 24 horas achicando agua: del río en la M-30 a la liberación de la carretera C. B. El túnel que conecta Marqués de Vadillo y Pirámides se prevé que reabra esta mañana tras la limpieza del barro La calle, no obstante, estaba saneada. A las puertas del bar Estrella, solo un cubo con un limpiacristales delataba el esfuerzo de su dueña por borrar el descalabro. «Esto está roto; esto, roto, y eso, roto», señalaba Xu varias máquinas debajo de la barra. Mucha comida de la despensa también se echó a perder. Xu mostró varias fotos en su móvil en las que el bar está cubierto por un charco de agua oscura. Las mismas fotos que remitirá al seguro, que todavía no ha cuantificado los daños . En el bazar Buenas e Increíblemente Baratas, Natalia seguía fregando los 300 metros cuadrados de su local. Ayer apenas había limpiado un tercio del almacén, donde guarda todo tipo de prendas. «Solo estamos dos limpiando, por eso es muy duro», reconocía Natalia. Calcula «como mínimo» unas pérdidas de 1.000 euros en género insalvable. También enviará fotos al seguro. Como el resto de afectados, solo queda esperar.
De España https://ift.tt/zAdM3Z7
0 comentarios:
Publicar un comentario