
Una empresa libia; un barco listo para el desguace y a punto de naufragar; una tripulación siria y la sospecha de la financiación de redes yihadistas. Estos son los elementos de una operación de la Policía y el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) -también colaboró la Dnred francesa, homóloga de este organismo español- en la que se intervino un carguero que llevaba en su panza 20 toneladas de hachís, el segundo mayor alijo de esta droga intervenido en Canarias. Fueron agentes del SVA los que abordaron el barco contrabandista, de nombre Natalia, a unas 40 millas al sudeste de Fuerteventura. En ese momento el mercante corría un serio riesgo de hundimiento. Es habitual que estas organizaciones de narcotraficantes utilicen embarcaciones...
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