
Se vio las piernas blancas, el pelo fosco, el espejo le recordaba a su padre y el rodríguez decidió cambiar de vida o no llegar a los cincuenta. Con sus tiempos y a su modo, claro. Lo primero fue ir al peluquero como de película de Garci, que ya murió por la crisis, y no tuvo más remedio que dejarse esquilar en un #barberclub de ‘reguetoneros’ venezolanos que lo trataron bien y lo dejaron como el traserillo de un bebé. Desde la barbilla al cogote. Otro día, laborable, se le vio apuntarse al gimnasio, sudar en la máquina de remo, y hasta pegarle al saco. El rodríguez sudó, madrugó, sacó los malos humores y la testosterona y, recién duchado entre adonis...
Ver Más
De España https://ift.tt/2XKUQ2z
0 comentarios:
Publicar un comentario