Koeman vislumbra un futuro gris para un equipo en depresión

Corren tiempos complicados para el aficionado del Barça. Como en ‘Crónica de una muerte anunciada’ ve cómo se materializa una pesadilla que llevaba años rondando su mente. El mejor jugador de su historia, el chico al que sacaron de Rosario con 13 años y que elevó al club al Olimpo del fútbol, no volverá a vestir la camiseta azulgrana. El Barcelona estaba en la ruina económica y los ridículos en Europa regresaban cada primavera, pero el club, cuyas ilusiones habían sido rescatadas por la zurda argentina en incontables ocasiones, confiaba en que todo mejoraría pronto porque Messi les devolvería a la élite. Pero el idilio llegó a su fin: el más lindo recuerdo del mejor Barça de siempre ya es solo eso, un recuerdo. Sin el 10, el futuro deportivo se intuye gris e incierto. Los fichajes son de calidad y elevan el nivel medio de la plantilla (sobre todo Agüero, Eric García y Depay), pero que el Barça pueda inscribirlos en LaLiga aún es una incógnita (sigue incumpliendo el fair play financiero). Con o sin nuevas incorporaciones, el equipo que tiene a su disposición Koeman no parece estar en disposición de competir en Champions contra los gigantes europeos. Como mucho, al igual que el curso pasado, podrá pelear con el Madrid y el Atleti una Liga carente del nivel de antaño. Lo cierto es que en menos de cuatro temporadas, el Barcelona ha pasado de jugar en la punta de ataque con Messi, Suárez y Neymar a hacerlo con Braithwaite, Dembélé, Griezmann o Ansu Fati. Lo peor es que el déficit de calidad no solo atañe a la delantera, es un mal endémico que se expande por varias línea. Salvo la portería, a salvo con Ter Stegen, el Barça no ha sabido reinventarse. La defensa, sostenida todavía por Piqué y Alba, hace aguas. No hay confianza en Umtiti ni en Lenglet, tampoco en Sergi Roberto ni Dest. Y, por lo mostrado en la Eurocopa y en los Juegos, el joven Eric García es aún una promesa más que una realidad. Lo mejor de este Barcelona habita en el mediocampo, donde Busquets ha recuperado gran parte de su nivel, De Jong coge al fin galones y Pedri ilusiona como en su día lo hicieron Xavi o Iniesta. Eso sí, le falta aportar gol. Sea como fuere, es el equipo con la que el Barça sobrevivirá este curso. El holandés tiene demasiados puzles por resolver y pocas piezas destinadas a encajar. Y la Liga comienza la semana que viene.

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