
El PSOE como marca lleva desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno en 2018 adormeciéndose de forma progresiva, en otras palabras; transformado en una sucursal del 'sanchismo'. Es un fenómeno común en los partidos que gobiernan; las siglas pierden presencia. Pero es también la estrategia que se trazó. Esto se acentuó en la primera etapa de Sánchez como líder del PSOE, dado que fue colocando en los órganos de poder internos a los dirigentes afines y redujo al sector crítico; y luego, cuando llegó a la Presidencia, el partido como activo mediático fue consumido por La Moncloa. Sin embargo, en los últimos meses el presidente del Gobierno ha buscado revertir esta situación por supervivencia: más socialismo, menos 'sanchismo'. Con tres...
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