domingo, 1 de agosto de 2021

El Madrid aplica su política de mano firme: quien no esté a gusto que traiga una oferta y se va

Las decisiones tomadas por el Real Madrid en los casos de Cristiano y Varane son los últimos espejos de una filosofía que Florentino Pérez impone con dureza desde hace muchos años. El futbolista que quiera más dinero y no se encuentre a gusto podrá marcharse si trae una oferta acorde a su valor de mercado. Ronaldo aportó 100 millones, plusmarca de traspaso de la entidad, y se marchó a la Juventus. Varane deseaba ganar más, rechazó dos proposiciones de renovación de la casa blanca y se ha ido al Manchester United, que abona 50 millones entre precio fijo y variables. Es una política que el presidente de la entidad ha aplicado también con Sergio Ramos, que durante dos años pidió dos temporadas de contrato y más dinero y al final no fue renovado. Es una línea de trabajo que el club ya demostró en los casos de Di María y Ozil, que solicitaban más emolumentos y fueron traspasados por 75 y 48 millones al Manchester United y al Arsenal respectivamente. El alemán quiso dar marcha atrás después, perjudicado por la representación de su padre, pero el club español se mantuvo firme en su postura y firmó la operación con el equipo londinense. El club tiene un límite salarial de 473 millones, que no gastará; los jugadores que han renovado, como Nacho, Modric, Carvajal, Lucas y Benzema, que será oficial en los próximos días, se rebajaron el diez por ciento del salario durante un año Todos estos casos son un aviso a navegantes. Los futbolistas ya saben como actúa la casa. El club no hace concesiones ni distinciones con nadie, debe portarse con todos los profesionales igual y así lo hace. No admite regateos extendidos en el tiempo. Se entiende que haya una oferta y una demanda en la negociación, pero no estirar las situaciones durante un año. Eso se acabó. El caso Ramos, capitán legendario, ha sido una advertencia para todos los jugadores. El Real Madrid ha renovado a Lucas Vázquez, Carvajal, Nacho, Modric y Benzema, cuyo acuerdo hasta 2023 se hará oficial en los próximos días, y los cinco se han reducido el sueldo un diez por ciento durante un año, en apoyo de la empresa para aliviar en parte el destrozo económico, 300 millones, generado por la pandemia. Benzema, Lucas Vázquez y Carvajal verán después mejorado su salario en las campañas venideras de sus contratos, pero primero han aportado esa rebaja de sus emolumentos. Modric, 35 años, se ha quedado con la misma ficha. La entidad madridista hace su valoración de cada futbolista, tiene una planificación y no se mueve de ella. A quien no le guste, le dice que traiga una buena oferta de traspaso y se va. El análisis de la dirección deportiva es consecuente: no hay nadie imprescindible. Y da un paso más: la mayoría de la plantilla es transferible si alguien desea marcharse y aporta una buena propuesta de traspaso con un precio justo. Solo hombres como Alaba, Valverde, Vinicius, Courtois, Carvajal, Casemiro y Militao son intocables. La pandemia ha intensificado la rigidez de un estilo que ha dejado claro que no habrá despilfarros. El mal ejemplo del Barcelona, arruinado, con deudas por valor de 1.673 millones, es el espejo opuesto, para no mirarse. Solo un hipotético fichaje como el de Mbappé exigirá movimientos económicos superiores en el Real Madrid, por la relevancia del futbolista, como sucedió hace doce años con Cristiano. Son casos estelares, únicos. Ahora, tras las bajas de Ramos y Varane, el club desea ceder de nuevo a Kubo, para que continúe su madurez futbolística, y desprenderse de Ceballos, Isco, Jovic, Vallejo y Odriozola, que es baja, como Alaba, por coronavirus. Si el Arsenal quiere a Odegaard, el precio de traspaso es de 50 millones. Jovic vale 40 millones, Ceballos cuesta 30 e Isco, 20 El anhelo de la empresa sería ceder o vender también a Bale y Hazard, pero no quieren marcharse y el Real Madrid respeta esas posturas, pues tienen un contrato. Isco y Jovic están dispuestos a irse, porque saben que no tendrán sitio en el equipo de Ancelotti, y José Ángel Sánchez negociará su salida. Ceballos ha expuesto que o se queda o le traspasan, pero no aceptará otro préstamo, y el director general busca esa operación. El mensaje de esa firmeza de la entidad lo conoce bien Odegaard, que fue cedido al Arsenal en enero, en cuanto lo pidió, y ahora medita si volver al club inglés para ser titular fijo o quedarse y pelear por un puesto con «Carletto». El Real Madrid señala que el noruego decide y subraya que quien quiera marcharse ya sabe lo que tiene que hacer. Martin está valorado en 50 millones. El Real Madrid expresa bien claro su política. Tiene un límite salarial de 473 millones que nunca cubrirá, siempre se quedará por debajo de esa cifra, nunca hará dispendios y posee unas escalas salariales para sus futbolistas que no romperá. Y el jugador que piense sobre todo en ganar más dinero del que cobra en el club, ya sabe donde tiene la puerta.

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